Funciones del agua
Guy de Maupassant
El verano pasado había alquilado una casita de campo a orillas del Sena, a varias leguas de París, e iba a dormir allí todas las noches. Al cabo de unos días conocí a uno de mis vecinos, un hombre de unos treinta a cuarenta años, que desde luego era el tipo más raro que había visto nunca. Era un viejo barquero, pero un barquero fanático, siempre cerca del agua, siempre sobre el agua, siempre en el agua. Debía de haber nacido en un bote, y seguramente muera en la botadura final. Una noche, mientras paseábamos a orillas del Sena, le pedí que me contara algunas anécdotas de su vida náutica. Entonces el buen hombre se animó, se transfiguró, se volvió locuaz, casi poeta. Tenía en el corazón una …ver más…
Todos los animales, ranas y sapos, esos cantantes nocturnos de las ciénagas, se callaban. De pronto, a mi derecha, muy cerca de mí, una rana croó. Me estremecí. Se calló. Ya no oí nada más y decidí fumar un poco para distraerme. Sin embargo, aunque era un fumador de pipa experimentado, no pude fumar; en cuanto tomé la segunda bocanada, me mareé y lo dejé. Me puse a canturrear; el sonido de mi voz me resultaba lamentable; entonces me tumbé en el fondo del barco y miré el cielo. Durante unos instantes permanecí tranquilo, pero pronto los ligeros movimientos de la barca me preocuparon. Me pareció que daba bandazos gigantescos, tocando sucesivamente una y otra orilla del río; luego creí que un ser o una fuerza invisible la atraía suavemente al fondo del agua, levantándola después y dejándola caer de nuevo. Me estaba tambaleando como en mitad de una tormenta; oí ruidos a mi alrededor; me puse en pie de un salto: el agua brillaba; todo estaba tranquilo. «Entendí que tenía los nervios un poco alterados y decidí irme. Empecé a tirar de la cadena; el bote se puso en movimiento, pero noté una resistencia. Tiré más fuerte, el ancla no vino; había enganchado algo en el fondo del agua y no podía subirla; volví a tirar, pero en vano. Entonces, con mi remos, hice dar la vuelta a mi barco y lo llevé río arriba para cambiar la posición del ancla. Fue inútil, seguía enganchada; me puse