Estoy loco
Se cree que durante los primeros siete días de la guerra, el Ejército Iraquí habría logrado degradar la señal de la red de satélites GPS o Navstar y por eso muchos misiles no pudieron hacer blanco sobre las coordenadas exactas de sus objetivos. Se especula que tal vez técnicos rusos o ucranianos colaboraron con el ejército iraquí para crear una pantalla distorsionadora empleando equipos portátiles anti-GPS, la cual tendría un alcance horizontal de entre 20 y 150 kilómetros y vertical de 30 a 50 kilómetros. Debido a esto, las fuerzas estadounidenses únicamente habrían podido usar misiles de crucero que podían ser guiados hasta sus blancos sin la necesidad de señales GPS, misiles infrarrojos o de guía láser, pero la precisión de todas estas armas podía ser fácilmente disminuida por tormentas de arena o simples medidas de interferencia como la quema de zanjas rellenas de petróleo, mezcladas con arena y trozos de aluminio. (AVION REVUE, en su número 41 del 2003)
El 24 de marzo, el portavoz de la Casa Blanca Ari Fleisher acusó a Rusia de haber vendido dispositivos de alta tecnología a Bagdad, pero evitó mencionar el hallazgo en Basora de una gran cantidad de armas británicas con el nombre de Wallop vendidas a los iraquíes (The Guardian, 24.03.2003). Asimismo, el Pentágono denunció que la empresa rusa Aviaconversiya era la que había suministrado los equipos. La acusación fue negada inmediatamente por los rusos, quienes sostuvieron