El constitucionalismo dominicano
Colombia está viviendo un extraño momento de notable espiritualidad y simultáneo alejamiento de todas las iglesias. En las grandes ciudades hay hombres convertidos en inexplicables fenómenos de seguimiento y de fe.
Hombres como Darío Silva, en la Casa sobre la Roca, en Bogotá. Periodista desde joven, hoy es misionero y predicador protestante. Miles de personas acuden a escucharlo.
Como el ex sacerdote Gonzalo Gallo, en Cali. Fue 21 años carmelita descalzo. Hoy, retirado de la iglesia, atiende a miles de personas en consejerías espirituales. Rehabilita adolescentes violadas y ayuda a bien morir a personas preagónicas. Es conferencista reconocido, …ver más…
Quien ora bien, ama, alaba, agradece, piensa en Dios y lo vive. Yo no voy a ninguna iglesia, aunque las respeto. Trato de vivir con Dios todo el día.
¿Usted no es católico?
No estoy en ninguna religión.
¿En qué cree?
En Dios y la oración. "Sé que me cuidas": eso es orar. Cuando pasas frente a un hospital y pides a Dios por los enfermos, oras. Cuando recitas el Padrenuestro en silencio, eso es orar.
¿Y si no hay diablo, existe Dios?
¡Por supuesto! El mal nace de la libertad que tiene el ser humano. Dios, en su perfección y bondad, no ha podido crear el mal.
¿Qué es la muerte?
Un paso entre dos vidas, un cambio de forma de vivir. No es el fin de la existencia. Al morir, volvemos a la energía para seguir viviendo. La muerte es solo para el cuerpo. El espíritu sigue viviendo.
¿La muerte no significa el fin?
Ni el nacimiento fue el comienzo, ni la muerte es el fin. Los niños hablan y juegan con seres imaginarios. Yo, que atiendo en Bogotá a 300 personas en duelo cada mes, tengo testimonios de adultos que hablan también con seres imaginarios, que ayer se fueron pero que hoy existen. Los niños lo ven y se comunican con espíritus. Esa es una realidad que ignoramos.
¿Dice usted que es posible hablar con la gente que se fue?
Totalmente. No con los labios, porque ellos ya no los tienen; es una voz interna como la que oyen los niños y es una presencia como la que ellos sienten. Y no es invento mío. Existen centenares de tratados serios que lo demuestran. Le puedo