Cuentos
Por su propio bien
Cristina Pacheco
Doña Imelda (79 años) ocupa el asiento trasero de un automóvil compacto. Por la ventanilla abierta lo observa y lo escucha todo:
Familias y parejas atraviesan el estacionamiento del supermercado. (Mejor calidad y precios bajos.) Una mujer embarazada sigue las instrucciones que le da el vigilante para que ella pueda acomodar su automóvil entre dos tráileres llenos de mercancía. (Viene, viene. Hasta allí, ¡bueno!) Una pareja de jóvenes comparte un helado y se besa. (Tienes la lengua fría.) Una mujer corre seguida por dos gemelos. (Al que me gane lo subo en el carrito.) Un anciano se detiene abruptamente y revisa la cuenta. (Creo que me cobraron de más.) Un niño termina de beberse un …ver más…
Él soñaba con ser aviador; ella, pediatra.
Es la profesión de Eréndira. (Quién iba a decirme que tendría una hija doctora.) Cuando ella y Nico se fueron a vivir con doña Imelda instalaron el consultorio en la sala. (No pongas esa cara, mamá, tú casi nunca recibes visitas.) Por órdenes de Nico los cargadores pusieron en el corredor el sillón pullman y los dos individuales tapizados de terciopelo rojo.
Es el color de los asientos del coche. Tiene miedo de ensuciarlos desde que le ocurrió el accidente y Nico puso el grito en el cielo. (Si le queda la mancha de orines, cuando quiera venderlo me pagarán menos.) Eréndira notó la angustia de su madre. En lugar de consolarla le habló como si fuera una niña. (Mamá: ¿qué te hubiera costado decirnos que necesitabas ir al baño?)
Doña Imelda sintió tanta vergüenza que se pasó dos días encerrada en su cuarto. Todo ese tiempo fue presa de recuerdos desordenados: el de su tía Ana Luisa, eterna aspirante a cantar en la XEW; sus amigas de infancia, las novelas escuchadas en la radio, los patios de su escuela, la academia Lefranc, los paseos con su esposo Rafael por Puente de Alvarado y el jardín de San Fernando (La iglesia, la fuente, las palomas, el panteón.) Por más que se esfuerza no puede precisar cuánto tiempo hace que no camina por allí, sólo recuerda que la última vez iba sola. (Eso quiere decir que Rafa ya había muerto.) Doña Imelda se persigna. (Que Dios lo tenga en su gloria.)
Mira a la