Consumo
La existencia del rumen en los animales poligástricos permite realizar grandes transformaciones en los alimentos ingeridos generalmente de bajo valor nutritivo, con la posterior utilización del rumiante de los productos finales del trabajo bioquímico. Esto permite la confección de dietas que sólo son posibles en estos animales. Los alimentos que entran en el rumen son fermentados para producir básicamente ácidos grasos volátiles (AGV), células microbianas, metano y CO2. Los gases se pierden por el mecanismo del eructo, los AGV se absorben en su gran mayoría a través de la pared del órgano y las células microbianas, junto con los alimentos no degradados pasan al intestino (McDonald et al., 1995). El contenido de rumen-retículo es heterogéneo y contiene tres fases íntimamente ligadas: líquida, sólida y gaseosa: la fase líquida está compuesta por el agua bebida, la saliva y sustancias solubles (AGV, NH3 y materias solubles de los alimentos), la fase sólida la integran los partículas de los alimentos y la biomasa microbiana, los que forman una suspensión de estructura compleja, mientras que la gaseosa la componen principalmente el metano, CO2 , pequeñas porciones de N2, O2, trazas de hidrógeno y sulfuro de hidrógeno (Preston y Long, 1987, Delgado, 1995). Por otra parte, Chong y Losteron (1980) clasificaron a los microorganismos del rumen en tres grupos: en los que se adhieren a las paredes del rumen, los