1.3 Conceptos y características de la gestión estratégica
Por Juan Ramón Lodares
Don Juan Manuel Fernández Pacheco era un aristócrata español con gustos raros entre los de su especie en aquellos años. Leer y escribir, por ejemplo. Tenía además interés por las artes y las ciencias. Para no aburrirse durante los meses de verano comenzó a reunir en su casa a amigos suyos. Sin mayor protocolo, desde el mes de agosto de 1713, don Juan Manuel y sus contertulios empezaron a discutir sobre letras, ciencias y artes.
Todos admiraban lo que la Royal Society de Londres y la parisina Académie Royale des Sciences llevaban haciendo desde hacía 40 ó 50 años. Se les ocurrió que otro tanto podría hacerse en Madrid. Sin embargo, para formar cualquier academia dedicada a las artes …ver más…
y todos estaremos dispuestos a aceptar sus criterios. Los hablantes de francés, inglés o alemán se complican inútilmente la vida escribiendo cosas como Philosophie, theatre, assassin o approbation, que el hispanohablante escribe filosofía, teatro, asesino y aprobación, ahorrándose la ph, la th, la ss, y la pp; es más, lleva ahorrándoselas 150 años por lo menos.
La oportunidad de estas reformas quizá no ha sido advertida en toda su trascendencia. A partir de 1823, algunos americanos, al calor de la independencia política que se alumbraba, empiezan a escribir y difundir por sus países ortografías propias más simplificadas aún, que apartaban el uso criollo del peninsular. Vencido aquel primer impulso y reconocido el inigualable valor de una escritura conjunta, a la hora de rectificar y acatar la norma común hispánica, el hecho de que la ortografía académica fuera ya de por sí sencilla allanó el camino de vuelta para quienes habían predicado el cisma ortográfico. Retornaron sin mayores escollos y el español no se partió en varias normas ortográficas, que es la primera piedra para diferenciar la norma lingüística toda. Considerado el caso, el fácil advertir por cuántos azares y por cuántos filos de navaja hacen pasar los hablantes a sus lenguas.
Cuando Carlos III inicia sus planes escolares en el decenio de 1770, el español ya ha resuelto los problemas más espinosos de su moderno proceso normalizador. Tiene un inventario léxico que es la envidia de