Indice
1.
Definición y diferencias entre sensación y
percepción
2. Los órganos de los
sentidos
3. La
Sensación
4. La
Percepción
5. Percepción ¿aprendida o
heredada?
6. Percepción
Extrasensorial
7. Referencia
Bibliográfica
1. Definición y
diferencias entre sensación y
percepción
Sensación
La sensación se refiere a experiencias inmediatas
básicas, generadas por estímulos aislados simples
(Matlin y Foley 1996). La sensación también se
define en términos de la respuesta de los órganos
de los sentidos
frente a un estímulo (Feldman, 1999).
Percepción
La percepción incluye la interpretación
de esas sensaciones, dándoles significado y organización (Matlin y Foley 1996).
La
organización, interpretación, análisis e integración de los estímulos,
implica la actividad no sólo de nuestros órganos
sensoriales, sino también de nuestro cerebro (Feldman,
1999).
Diferencias Entre Los Conceptos
Cuando un músico ejecuta una nota en el piano, sus
características de volumen y tono
son sensaciones. Si se escuchan las primeras cuatro notas y se
reconoce que forman parte de una tonada en particular, se ha
experimentado un proceso
perceptivo. Las diferencias entre las categorías de
sensación y percepción, no parecen muy claras,
máxime si se considera que en ciertos casos un hecho
ocurre a la par de otro —como se verá más
adelante en esta guía—.
Se acepta generalmente que la sensación precede a la
percepción y que esta es una diferencia funcional
sencilla; en el proceso
sensible se percibe un estímulo, como puede ser la alarma
de una puerta, luego se analiza y compara
–percepción– la información suministrada por ese
estímulo y se resuelve si es necesario asumir una actitud alerta
frente algún peligro o si simplemente es cuestión
de apagar el dispositivo que accidentalmente accionó la
alarma. Todo esto, aunque en esencia parece trivial, constituye
el resultado de la acumulación de grandes volúmenes
de información que se interrelaciona para
llegar a una conclusión.
Percepción y cognición. Este ejemplo nos
remite a considerar el otro límite aún más
impreciso que existe entre la percepción y la
cognición. Ésta última involucra la
adquisición, el almacenamiento,
la recuperación y el uso del conocimiento.
En el ejemplo del músico, luego de la sensación del
sonido, se
percibe que se trata de notas musicales –sonidos
diferenciados y articulados–, pero si esas notas nos llevan
inmediatamente a tararear el "Oh libertad",
sabremos que se trata del himno de Antioquia y que debemos
ponernos de pie para entonarlo; ahí se produce un proceso
cognitivo puesto que se "rescató" una secuencia de
recuerdos –himno, símbolo, respeto, ponerse
de pie, entonar, etc.– que entrelazados a través de
un esquema, influyeron en el despliegue de una conducta.
2. Los órganos de los
sentidos
Conceptos, Anatomía Y
Fisiología
A continuación se presenta un esbozo general de los
órganos de los sentidos, sus
partes y funciones.
Considerando que en el curso de Neurofisiología se
estudiaron con profundidad las principales tareas de
transducción e intercomunicación nerviosa,
sólo se hará una corta mención de los
aspectos más esenciales de cada sentido, a fin de
contextualizar los demás temas subsiguientes en esta
guía.
La Visión
Sensación consciente producida por la luz, que permite
apreciar los objetos y sus cualidades. Se distinguen dos tipos de
visión, de acuerdo a las condiciones de luminosidad:
escotópica, la que se percibe cuando el ojo está
acostumbrado a la oscuridad; fotópica, la que se percibe
cuando el ojo está acostumbrado a la luz.
Estructura y
Función
del Ojo. La función
del sistema visual es
transformar la energía electromagnética del
estímulo visual en impulsos nerviosos, proceso que se
conoce como transducción –término y proceso
extensible a los demás sentidos–.
La forma redonda del globo ocular se mantiene por la presión de
líquidos internos sobre la membrana externa blanca,
denominada esclerótica. En la parte anterior del globo
ocular se encuentra la córnea, membrana transparente que
se une con la esclerótica y protuye ligeramente. La luz
que proviene del exterior debe enfocare en la superficie
posterior del globo ocular, y la córnea inicia este
proceso.
Las células de
la córnea reciben sus nutrientes y el oxígeno
del humor acuoso. Este líquido llena la cámara
anterior, que se encuentra inmediatamente detrás de la
córnea.
La entrada de luz al ojo es regulada por un anillo de
músculos pigmentados llamado iris. La pupila es una
abertura en el centro del iris por la que pasa la
información luminosa. El iris tiene dos clases de
músculos, unos que lo contraen –cierran– y
otros que lo dilatan –abren–. Cuando la luz es
brillante, el iris se cierra y viceversa. En los humanos, la
pupila es redonda, aunque en algunos otros animales puede
ser como una línea vertical en la mayoría de
casos.
El cristalino es un cuerpo esférico, transparente,
localizado exactamente detrás de la pupila. Es ligeramente
amarillento y se compone de una capa externa que contiene fibras
organizadas como las capas de una cebolla. Luego de que la cornea
desvía los rayos luminosos conforme entran al ojo, el
cristalino completa esta tarea de enfocar las ondas luminosas
sobre los fotorreceptores localizados en la parte posterior del
ojo. Dado que el cristalino puede cambiar de forma, enfoca los
rayos luminosos tanto de objetos cercanos como alejados por un
proceso llamado acomodación.
El músculo ciliar rodea al cristalino y se fija a
éste gracias a ligamentos delgados denominados
zónulas de Zinn. Cuando se observa un objeto alejado (+6
m.), el músculo ciliar se relaja, lo que ocasiona que el
músculo se expanda y jale las zónulas. En este
estado el
cristalino está estirado a su forma más plana,
así que su refracción de la luz que entra al globo
ocular se desviará menos. Cuando se observa un objeto
cercano, el músculo ciliar se contrae, lo cual permite que
el cristalino regrese a su forma natural.
Entre el cristalino y la retina se encuentra un compartimento
llamado cámara posterior. La retina es la capa de
receptores para la luz, o fotorreceptores, y de células
nerviosas, que se localiza en la parte posterior del ojo. Los
fotorreceptores –llamados conos y bastones– absorben
rayos luminosos y los transforman en información que puede
ser transmitida por las neuronas. La fóvea es la
porción más delgada de la retina que produce la
visión más clara. En el disco óptico, el
nervio óptico abandona el ojo. El nervio óptico
representa el haz de neuronas que lleva la información que
se origina en la retina. El disco óptico carece de
fotorreceptores y en consecuencia crea un punto ciego que se
puede detectar a través de un sencillo
experimento.
La Audición
El oído
consta de tres regiones anatómicas: oído
externo, oído medio y oído interno. La parte
más visible del oído externo es el pabellón
auricular; son importantes debido a que incrementan ligeramente
la amplitud del sonido e
intervienen en cierta medida con la detección de la
posición de la fuente sonora. Le sigue el conducto
auditivo externo, que se dirige hacia adentro a partir del
pabellón auricular y funciona como una caja de resonancia,
amplificando sonidos muy débiles. El sonido llega al
tímpano, o membrana timpánica, una membrana que
vibra en respuesta a las ondas
sonoras.
El oído medio es el área que se encuentra
después del tímpano. Consta de tres huesecillos u
oscículos, que son los más pequeños del
cuerpo humano:
martillo, yunque y estribo. Estos huesillos aumentan la eficiencia con la
cual el sonido es transmitido al oído interno:
La fuerza de las
partículas en el aire que golpean
la membrana timpánica, es transmitida a una región
mucho más pequeña, donde el estribo llega a la
ventana oval de la cóclea.
Los tres huesecillos funcionan como una palanca, lo que ofrece
una pequeña pero importante ventaja mecánica.
El tímpano tiene una forma parecida a un cono, la cual
hace que responda más eficazmente.
Cada oído medio contiene una trompa de Eustaquio, que
conecta al oído con la garganta. Las trompas de Eustaquio
ayudan a igualar la presión
del aire en el
sistema
auditivo.
El oído interno no existe como estructura
individual, es sólo el área donde no hay hueso. La
cóclea –ó caracol–, llena de
líquido, contiene receptores para los estímulos
auditivos. El estribo está adosado directamente a la
ventana oval, membrana que cubre una abertura de la
cóclea. Cuando el estribo vibra, la ventana oval
también lo hace, y produce cambios de presión en el
líquido que se encuentra dentro de la cóclea.
El conducto coclear es el más pequeño de los tres
canales de la cóclea, alberga a los receptores auditivos y
contiene un líquido llamado endolinfa. Cuando el estribo
hace que la ventana oval vibre, la vibración es
transmitida a la membrana basilar, sobre la cual descansan los
receptores auditivos. Esta vibración, a su vez, estimula
los receptores auditivos.
El Olfato
En la anatomía de la nariz se observa en primer
lugar la cavidad nasal, un espacio vacío que se encuentra
por detrás de cada narina. El aire, que contiene los
olores, llega a la cavidad nasal a través de dos
vías: proveniente de la inhalación o de la garganta
–cuando masticamos, bebemos o respiramos por la
boca–. En la parte superior de la cavidad nasal se
encuentra el epitelio olfatorio, en cuya superficie se encuentran
los receptores que captan el olores.
En el olfato y el gusto, a diferencia de los otros órganos
de los sentidos, los receptores están en contacto directo
con el estímulo. Las células receptoras del olfato
son sustituibles (lo que no ocurre en los demás) y cada
una funciona cerca de ocho semanas y luego se le reemplaza.
El estímulo potencial para el sistema olfativo tiene que
ser una sustancia volátil –aunque esta no es una
condición indispensable– o fácilmente
vaporizable. Por tanto, los sólidos y los líquidos
deben pasar a un estado
gaseoso. Las sustancias potencialmente olorosas tienen que ser
potencialmente solubles en el agua y en
la grasa (lípidos),
a fin de penetrar en la película acuosa y en la capa
lipoide que cubre a los receptores olfatorios.
Los olores y el comportamiento
humano. Los investigadores están especialmente interesados
en unas sustancias llamadas feromonas, las cuales actúan
como señales químicas en la
comunicación con otros miembros de la misma especie;
son excretadas por la orina y diversas glándulas
sudoríparas. Aún no está claro si las
feromonas existen en los humanos; se sabe que la sensibilidad a
los olores en los hombres es inferior a la de las mujeres y que
las feromonas pueden estar relacionadas con los ciclos
menstruales de éstas.
Los efectos de diversas esencias sobre el comportamiento
humano pueden no ser tan directos como los encontrados en
animales
inferiores, pero algunas investigaciones
recientes sugieren que las esencias pueden tener cierto impacto
sobre la percepción de la gente en situaciones sociales
(Baron, 1988).
El Gusto
El gusto se refiere sólo a las percepciones que resultan
del contacto de sustancias con los receptores especiales en la
boca. En psicología, el gusto se refiere a una
porción muy, limitada de las percepciones involucradas en
el uso cotidiano de la palabra gusto.
El receptor primario para los estímulos del gusto recibe
el nombre de corpúsculo gustativo. Se localizan por toda
la boca –mejillas, paladar y garganta–,
principalmente en la lengua. Los
corpúsculos gustativos se localizan en forma de
pequeñas protuberancias sobre la lengua y son
consideradas como papilas.
Las puntas de los receptores llegan hasta el orificio de apertura
y pueden tocar cualquier molécula de gusto que se
encuentre en la saliva que fluye dentro de la fosa. Las puntas de
los receptores del gusto son microvellosidades, y la apertura del
corpúsculo gustativo es el poro gustativo. El promedio de
vida de las células de los corpúsculos gustativos
es de sólo unos diez días.
Las investigaciones
no han sido contundentes al identificar las diferencias y
características quimiosensitivas de las
células receptoras porque se ha descubierto que algunas
papilas responden a dos, tres e incluso cuatro sabores, sin que
pueda argumentarse que existe una especialización
marcada.
El Tacto
Es el equipo sensorial más grande que tiene el ser humano.
Los sentidos de la piel informan
si un objeto sofocante cubre la cara, protegen del daño
cuando se siente dolor; además, defienden de temperaturas
extremadamente elevadas o bajas. Otros sentidos relacionados como
son el cinestésico y el vestibular, indican si se
está de pie erguido o inclinado, en dónde se
encuentran las partes del cuerpo y en qué
relación.
El tipo de piel delgada,
es la que cubre gran parte del cuerpo y contiene pelos, notables
o invisibles. Otra clase, llamada piel gruesa, se encuentra en
las plantas de los
pies, las palmas de las manos, y en las superficies lisas de los
dedos; carece de folículos pilosos. La piel gruesa es
parecida a la delgada, salvo que su superficie es más
gruesa y tiene una mezcla de receptores, complejidad que
probablemente se relaciona con la destinación exploratoria
de las partes donde está presente.
La piel se divide en tres partes: la epidermis, o capa externa,
que tiene muchas capas de células de la piel que se
descaman y mueren; la dermis, que es la capa que reemplaza con
células nuevas a las que se descaman. Estas células
nuevas se mueven hacia la superficie y toman el lugar de las
células epidérmicas conforme estas se eliminan.
Bajo la dermis se encuentra el tejido subcutáneo, que
contiene tejido conectivo y grasa.
La piel también contiene una gran cantidad de venas,
arterias, glándulas sudoríparas, folículos
pilosos y receptores. Nuestro sentido del tacto surge de la
estimulación de diferentes tipos de receptores: Meissner
–responsable del tacto como tal, caricias y toques
suaves–; Paccini –sensación de
presión–; Krausse –sensación de
frío–; Ruffini –sensación de calor–;
Terminales libres –información de
dolor–.
Transducción
La transducción se entiende como cualquier
operación que transforma magnitudes de determinado tipo en
otras distintas, proporcionales a las anteriores. En el caso de
los sistemas
sensoriales, la transducción se lleva a cabo a
través de una serie de pasos mecánicos, como en el
caso del oído, del tacto y de los sistemas
musculares y cinestésicos. Por otra parte, en la
visión, intervienen procesos
fotoquímicos entre el contacto del receptor con el
estímulo y la generación de los
impulsos.
En la visión, el proceso completo de
transducción va desde la absorción de la
energía lumínica por las sustancias
fotoquímicas contenidas en los receptores, hasta la
emisión de los impulsos eléctricos. Los procesos de
transducción en los receptores sensibles a la
energía mecánica que están situados en la
piel, en las coyunturas, en los músculos y en los
oídos, implican la conversión de la
distorsión o del movimiento de
los receptores, en energía
eléctrica. Las ondas sonoras turban el fluido
endolinfático del oído interno. La onda al
atravesar la endolinfa hace que las células pilosas se
inclinen o vibren y de ese modo provoquen cargas
eléctricas en las fibras que van de la célula
al nervio auditivo.
El caso de la lengua y el olfato es aún
más complejo y aún persisten algunas lagunas sobre
la secuencia de su funcionamiento. En el caso del sentido del
olfato, recientemente se ha sugerido que el tamaño, forma
y carga eléctrica de las moléculas gaseosas que se
introducen en la cavidad nasal son de importancia fundamental en
la transducción de la energía. En la página
siguiente se presenta un cuadro resumen de los principales
receptores y el tipo de información que
transducen.
Cuadro 3.1: Tipos de receptores de acuerdo a la clase de
estímulo que transducen.
Tipo de receptor | Estímulos efectivos | Ejemplos |
Mecanorreceptores | Tacto, presión, gravedad, ondas, movimiento y posición del cuerpo, | Receptores táctiles, propiorreceptores, |
Quimiorreceptores | Compuestos químicos | Papilas gustativas, epitelio |
Termorreceptores | Calor. | Terminales nerviosas y receptores de la piel |
Fotorreceptores | Retina (conos y bastones) | Energía lumínica. |
Umbrales sensoriales
Umbrales absolutos. Son los valores de
magnitud mínima del estímulo, que son necesarios
para su detección. Si la magnitud del estímulo es
demasiado débil, no produce una respuesta de
detección, se dice que la magnitud del estímulo es
subumbral o sublimal; al contrario, los que superan el umbral, se
denominan supraumbrales o supraliminales.
Cuadro 3.2.1 Valores
aproximados de umbral de detección
Modalidad sensorial | Umbral de detección |
Luz | La flama de una vela vista a 48 |
Sonido | El tictac de un reloj de pulso en condiciones de |
Gusto | |
Olfato | Una gota de perfume difundida en todo el |
Tacto | El ala de una abeja que cae sobre su mejilla |
Umbrales Diferenciales. El umbral diferencial o limen de
diferencia, es la medida de la diferencia mínima entre dos
estímulos que es posible detectar. A igual que en el
umbral absoluto, el umbral diferencial es un concepto
estadístico de validez cuestionable en cierto grado. La
medida psicológica relacionada con el umbral de
diferencial, es la medida de la estimulación de que la
magnitud de dos estímulos es perceptualmente igual: se le
llama punto de igualdad
subjetiva (PIS).
Percepción subliminal. Se trata de la percepción de
mensajes de los cuales no se es consciente. Muchos estudios
demuestran que si se nos expone a estímulos o mensajes de
tan corta duración que no los podemos captar
conscientemente, estos pueden afectar nuestros pensamientos o
emociones. Por
ejemplo, dibujos o
fotografías de escenas desagradables expuestas a altas
velocidades provocan sensación de ansiedad.
Los ejemplos de estímulos subliminales que se emplean en
publicidad son
numerosos. Los anuncios que utilizan en mayor medida estos
estímulos son los de bebidas alcohólicas y tabaco. Los
estímulos más usuales consisten en palabras o
dibujos que
aluden a asuntos sexuales o de muerte
normalmente escondidos en el anuncio. Los mensajes
subliminales de contenido sexual acostumbran a incluir, con
frecuencia, órganos sexuales y circunstancias prohibidas
como la infidelidad y la promiscuidad. Los estímulos
relacionados con la muerte
suelen ser máscaras, espectros, fantasmas, cabezas
degolladas y miembros amputados. La explicación que los
psicoanalistas suelen dar ante la utilización de estos
estímulos es que el alcohólico o el fumador bebe o
fuma, como efecto de frustraciones o fracasos no superados,
buscando acelerar su autodestrucción.
Existen hasta ahora, infinidad de aplicaciones de los
mensajes
subliminales, más allá de la publicidad. El
cine los ha
utilizado –en películas como "El Exorcista" se
comprobó que se usaban para desencadenar agudas respuestas
emocionales en los espectadores–, la publicidad política, la
evitación de robos en supermercados –a través
de música
ambiental con mensajes de "no robes", "si robas irás a la
cárcel", etc.–, para atrapar criminales a
través de mensajes subliminales en prensa y radio
–alertando a los ciudadanos–, y una de las
aplicaciones más abiertas y comercializadas es a
través de los mensajes subliminales terapéuticos,
con invitaciones positivas de autoayuda y
superación.
Adaptación Sensorial
Es una acomodación en la capacidad sensorial subsecuente a
una exposición
prolongada a un estímulo o serie de estímulos. Los
términos adaptación perceptiva sensorial y
pos–efecto perceptivo se refieren a procedimientos
diferentes para poner de manifiesto el proceso. Se dice que hay
adaptación, cuando los juicios sobre un estímulo
particular cambian en el tiempo; el
pos–efecto se refiere a los cambios que sufre el juicio
sobre un estímulo, como efecto del contacto del observador
con un estímulo inmediatamente antes del
juicio.
Atención Selectiva
La atención se entiende como la
concentración de la actividad mental. En el ámbito
de la percepción, la atención se enfatiza en el enfoque de
integración de las características,
desarrollado por Anne Treisman y sus colaboradores (1986).
La primera etapa de este modelo, del
procesamiento previo a la atención, incluye el registro
automático de las características, utilizando un
procesamiento paralelo –aquel que permite que todos los
objetivos sean
procesados simultáneamente– por campo visual. La
segunda etapa, la atención enfocada, incluye la
identificación de objetos por medio del procesamiento
seriado –procesamiento de los objetivos, uno
por uno–.
La teoría
de integración de características sugiere que
cuando la atención está sobrecargada o
distraída, las características pueden combinarse de
manera no apropiada en la percepción; a una
combinación inapropiada se le denomina conjunción
ilusoria. Cuando las circunstancias nos impiden mirar un objeto
con atención, mezclamos las características
haciendo un intento por percibir el objeto.
4. La Percepción
Principios gestálticos de organización
Organización perceptual. La teoría
de la Gestalt
postula que percibimos los objetos como "todos" bien organizados,
más que como partes separadas y asiladas. No vemos
pequeños fragmentos desarreglados al abrir nuestros ojos
para ver el mundo. Vemos grandes regiones con formas y patrones
bien definidos. El "todo" que vemos es algo más
estructurado y coherente que un grupo de
fragmentos aislados; la forma es más que la simple
unión de los fragmentos –se asume como el principio
de la sinergia en la
Teoría General de los Sistemas, que postula que el "todo"
es mayor que la suma de sus partes y que las partes
individualmente no explican la conducta del
"todo" o sistema–.
Los tres psicólogos que más se asocian con la
teoría de la Gestalt son:
Max Wertheimer (1923), Kurt Koffka (1935) y Wolfang Köhler
(1947). Éstos investigaron tres áreas: las leyes de
agrupación, la "bondad" de las figuras –Ley de
Prägnanz– y las relaciones entre figura y fondo. No
obstante ciertas limitaciones en la teoría, sus
planteamientos siguen teniendo vigencia en la explicación
de la percepción de las formas.
Relación figura–fondo. Las partes de un diseño
se organizan con respecto a una figura y sobre un fondo. Cuando
dos áreas comparten un límite común, la
figura es la forma distintiva con bordes claramente definidos. El
fondo es lo que sobra, lo que está por detrás..
Edgar Rubin (1915 – 1958), psicólogo danés,
fue uno de los primeros en intentar poner en claro lo que
constituye la figura, en oposición al fondo. Llegó
a cuatro conclusiones acerca de la figura y el fondo:
El fondo parece continuar detrás de la figura.
La figura parece que está más cercana a nosotros,
con la localización clara en el espacio. Por el contrario,
el fondo se encuentra más alejado y no tiene una
localización bien definida, simplemente está en
algún sitio en la parte posterior.
La figura es dominante y nos impresiona más que el fondo;
se recuerda mejor y se asocia con una mayor número de
formas. Según Rubin, la figura parece dominar el estado de
conciencia. Por
otro laso, el fondo parece formar parte del espacio
general.
Leyes de Agrupación. Dentro de la perspectiva
gestáltica, estas leyes constituyen
un intento por identificar las claves más relevantes de la
visión de objetos en conjuntos:
Ley de la
similitud: determina que los objetos similares tienden a ser
percibidos como una unidad.
Ley de la proximidad: establece que los objetos contiguos tienden
a ser vistos como una unidad.
Ley de las regiones comunes o del destino común: cuando
los objetos se mueven en la misma dirección, los vemos como una unidad.
Ley de la buena continuación: postula que los objetos que
se encuentran arreglados en una línea recta o una curva
tienden a ser vistos como una unidad.
Ley del cierre: establece que cuando una figura tiene una
hendidura, nos inclinamos a verla como una figura completa y
cerrada.
Ley de la simplicidad: cuando se observa un patrón, se
percibe de la forma más básica y directa que nos es
posible.
Constancias Perceptuales
Una constancia perceptual ocurre cuando percibimos un
estímulo distal como permanente en esencia, a pesar de los
cambios en el estímulo proximal
–retiniano–.
Constancia de Tamaño. Esta constancia significa que un
objeto parece siempre del mismo tamaño a pesar de los
cambios en su tamaño retiniano. El tamaño proximal
de un objeto puede encogerse y expandirse, mientras que su
tamaño distal parece que sigue siendo el mismo. El
tamaño de la imagen de un
objeto sobre la retina puede sufrir cambios considerables con la
variación de la distancia a que se halla el objeto del
observador, pero los cambios en el tamaño pasan
inadvertidos en condiciones de observación normal.
Un factor importante respecto del tamaño percibido de un
objeto, en condiciones de observación normal, es que éste no
depende en exclusiva del tamaño de la imagen que
proyecta sobre la retina. A lo largo de una significativa
variedad de distancias, el tamaño percibido es un tanto
independiente del tamaño retinal. El hecho de que el
tamaño percibido no varíe con el tamaño
retinal se debe a la operación de la constancia de
tamaño.
Constancia de Forma. Esta significa que un objeto parece
conservar la misma forma a pesar de los cambios en su
orientación. En realidad, la forma proximal de un objeto
es la misma que la distal, sólo si el objeto está
exactamente perpendicular a la línea de visión. En
todos los demás casos, la forma proximal está
distorsionada.
La memoria de
la forma de un objeto parece estar implicada en la constancia
(Hochberg, 1971). Debido a que sabemos que por ejemplo un disco
compacto es redondo, aun cuando se vea con cierta
inclinación que podría estar produciendo una elipse
sobre la retina. También se admite que la constancia de
forma se puede deber a un fenómeno parecido al
razonamiento en el que tanto la forma como la profundidad del
objeto se combinan, y así, cuando un disco compacto
está inclinado y lejos del observador, éste infiere
que su forma verdadera no ha cambiado.
Ilusiones
Ilusiones de Tamaño. Existen varias ilusiones que
involucran longitud o distancias. Entre ellas se cuentan la de
Müller–Lyer, en la que dos líneas horizontales
tienen la misma longitud, pero en apariencia una se percibe
más larga que la otra.
Algunas variantes se han utilizado para probar el mismo efecto
¿Cuál línea es más larga?:
Otras ilusiones de la longitud de la línea son el
paralelogramo de Sander y la llamada ilusión
horizontal–vertical, la ilusión de Ponzo y la
ilusión del espacio ocupado y abierto.
De acuerdo con la teoría de la constancia mal aplicada,
los observadores interpretan ciertos indicios en la
ilusión como claves para mantener la constancia de
tamaño. Por ende, hacen juicios de longitud
basándose en la constancia de tamaño, y en una
línea que se ve más alejada será juzgada
como más larga. Ésta teoría argumenta que la
gente es sensible a los indicios de distancia en las ilusiones,
porque ha tenido experiencias como las de líneas que
convergen. Entonces, de acuerdo a este punto de vista, la
experiencia es un factor crucial, y quienes tienen menos
experiencia deberían ser menos engañados por la
ilusión.
Ilusiones de Área y Forma. Anteriormente se han
considerado las ilusiones que implican la distancia lineal o la
distancia entre dos puntos, es decir, una única
dimensión. Otro tipo de ilusiones implican el área
o dos dimensiones y dependen en gran medida del contexto que las
envuelve. Como en el caso de las ilusiones de distancia, la
presencia de elementos inductores incide en una mala
percepción.
Algunos ejemplos de este tipo de ilusiones son la de la
habitación de Ames, la ilusión del margen que se
puede apreciar en la hoja en la que está escrito este
texto;
probablemente el lector pensará que la margen representa
una pequeña parte del área de la página,
pero en realidad constituye algo así como un tercio
ésta. Otra ilusión de gran importancia es la de la
Luna, que demuestra la necesidad de poseer información de
distancia para percibir el tamaño de un objeto y las
serias limitaciones que tiene el sistema perceptual para
dimensionar la lejanía de un objeto celeste por la
dificultad para relacionar esa información de distancia,
que en realidad no existe en nuestro esquema
perceptivo.
Patrón
Prototipos y plantillas. Antes de comenzar a explicar el
funcionamiento de los esquemas de prototipos y plantillas, vale
la pena diferenciar estas dos categorías:
- Prototipos: representaciones almacenadas en la
memoria de
diversos objetos o estímulos del entorno. - Plantilla: patrones específicos almacenados en
la memoria
para diversos estímulos visuales que
encontramos.
En primera instancia, de acuerdo a la teoría de
la igualación de plantillas, tenemos varias plantillas o
patrones específicos, almacenados en la memoria. Por
ejemplo, al observar una letra resolvemos si se asemeja a una de
nuestras plantillas. Si ocurre, reconocemos la letra; si no,
buscamos otra. La idea de que cada patrón encaja en un
molde tiene algo de lógico, pero funcionalmente es
inflexible y desventajosa porque necesitaríamos memorizar
todas las variantes de la misma categoría de un
estímulo, lo que haría el proceso más lento
y por ende, más ineficiente.
En contraposición aparece la teoría de la
igualación del prototipo, la cual propone que almacenamos
patrones abstractos, en la memoria. Cuando vemos un objeto en
particular, lo comparamos con un prototipo, o esquema ideal. Si
se asemeja al prototipo, reconocemos el patrón. De no
ocurrir, lo comparamos con otros prototipos hasta que encontremos
uno con el que concuerde. Este es un punto de vista muy flexible
porque el prototipo es un patrón general,
inespecífico y en consecuencia, modificable. Esto podemos
apreciarlo en el siguiente de ejemplo:
S S S S S s s s S S S
El empleo de
ejemplos previos de variantes de un mismo estímulo
facilita la tarea de reconocimiento. De ahí que cuando
pequeños se nos enseñe la forma más simple
del estímulo y en la medida que avanzamos en nuestro
proceso de aprendizaje,
logramos distinguir las demás alternativas que se nos
presenten, casi sin ser conscientes de ello.
Aproximaciones a la percepción de formas y patrones. Se
distinguen dos modos de procesamiento de la información:
uno de arriba abajo–arriba, dirigido por la
información; y de arriba–abajo, dirigido por
conceptos.
Los procesos de abajo–arriba dependen de la llegada de
información de los receptores sensoriales; se reconocen
las características de bajo nivel, simples, y la
combinación de estas características permite
reconocer formas completas, más complejas.
En los procesos de arriba–abajo, gracias al conocimiento
que tenemos del mundo, reconocemos formas complejas. El contexto,
las expectativas, el
conocimiento y la memoria orientan el proceso de
conocimiento. El reconocimiento del todo permite identificar los
elementos más simples que se encuentran
presentes.
Percepción de la distancia
Claves monoculares. La mayoría de las fuentes de
información de distancia son monoculares. Los factores
monoculares requieren de un solo ojo para proporcionar la
información de la distancia. Algunas de ellas –no
requieren de movimientos del objeto ni del observador–
son:
Claves de altura: –o de elevación–, se
refieren a la observación de que los objetos que se
encuentran cerca del horizonte parece que están más
alejados de nosotros que los objetos que están lejos. Por
ejemplo, si se observa la siguiente figura, se notará que
el cuerpo que aparece más cerca del horizonte es el que se
percibe como más lejano.
Claves de tamaño: se refieren a la influencia del
tamaño de un objeto sobre el cálculo de
la distancia. Si dos objetos similares se presentan juntos, el
objeto que ocupa más espacio sobre la retina es juzgado
como más cercano.
Gradiente de textura: se refiere al hecho de que la textura de
las superficies se hace más densa conforme aumenta la
distancia, si los estamos viendo con cierta
inclinación.
Perspectiva atmosférica: –o aérea–
designa la observación de que los objetos distantes suelen
aparecer borrosos y azulados, a diferencia de los cercanos. Esto
se debe a que el aire entre el observador y el objeto no es del
todo claro. Empleamos la perspectiva atmosférica como una
escala informal
para juzgar la distancia de lugares alejados, además,
adquirimos la escala propia de
la región donde vivimos. La gente que vive en áreas
húmedas y quienes viven en ciudades con atmósferas
contaminadas, desarrollan una escala que no funciona en las zonas
montañosas y despejadas, por ejemplo.
Claves Binoculares. Dos factores binoculares contribuyen a la
percepción de la profundidad de objetos cercanos: la
convergencia y la desigualdad binocular.
Convergencia: los ojos convergen o se juntan para ver objetos
cercanos. La información de convergencia no es útil
para juzgar objetos distantes; por ejemplo, el grado de
convergencia no varía notoriamente si se observa un objeto
a ocho kilómetros de distancia y luego se pasa a mirar uno
que se encuentra a siete, por el contrario, el grado de
convergencia se altera notoriamente si se mira un objeto a ocho
kilómetros y luego se mira uno que está a quince
centímetros. La convergencia puede, en ocasiones, servir
como un indicio de profundidad, siempre que no haya otras claves
más precisas para lograrlo.
Disparidad binocular o retiniana: es el segundo factor de
profundidad que utiliza información de ambos ojos. Los
ojos tienen en promedio una separación de siete
centímetros que garantiza que tendrán una
visión levemente diferente de los objetos cercanos que se
encuentran a distancias diferentes. Este es el fenómenos
de la disparidad binocular. Su importancia radica en el hecho de
que proporciona la información necesaria para juzgar la
profundidad binocularmente –esteropsia–. De cualquier
modo cabe hacer una salvedad en la disparidad binocular: si las
imágenes son muy diferentes, no pueden
fusionarse en una sola, lo que se conoce como rivalidad
binocular, lo que conduce a que la imagen de un ojo se suprima
parcialmente y la otra se perciba por completo.
5. Percepción
¿aprendida o heredada?
Diversas investigaciones han demostrado que algunos
factores básicos de la percepción son
biológicos y en la mayoría de los casos cumplen
funciones
adaptativas. Otros estudios han demostrado que la
percepción es el resultado, en gran medida, de la
ampliación y/o readaptación de las capacidades
perceptivas innatas. No obstante, son más los estudios que
han arrojado datos ambiguos y
poco representativos.
La percepción presenta una evidente flexibilidad, dado que
puede ser modificada por nuestra experiencia. En este sentido
juegan un papel muy
importante los criterios de aprendizaje
discriminativo –condicionamiento clásico y
operante–. Por ejemplo, la sensación que tenemos de
un perfume es la misma, siempre y cuando, nuestro olfato opere
uniformemente, es decir, que no sufra alteraciones funcionales de
alguna consideración. Pero si ese perfume se asocia a
situaciones o impresiones particulares, con una importante carga
emocional o cognitiva, es probable que adquiera otro significado
en términos de la percepción que se tenga del
mismo.
En conclusión, y a esta altura de la
discusión, lo único que se puede decir es que tanto
la herencia como el
ambiente–aprendizaje, juegan papeles
determinantes en la forma como percibimos el "todo" que nos
rodea. Lo que sigue en adelante es considerar la medida en que
dichas influencias operan para jugar con nuestra capacidad de
juicio sobre los estímulos que procesamos.
La percepción extrasensorial (ó PES) se
entiende como el tipo de percepción que no requiere de los
sentidos ordinarios. Consiste en varios tipos de fenómenos
de transferencia de energía e información que no es
explicable a través de mecanismos físicos o
biológicos conocidos. Entre estos fenómenos se
cuentan:
Telepatía: "lectura" de
mente a mente, conocida también como transmisión de
pensamiento.
Clarividencia: visión de cosas ocultas o lejanas en el
espacio y que no estimulan directamente los órganos
sensoriales.
Precognición: conocimiento anticipado de la ocurrencia de
un hecho en el futuro; si se refiere a pueblos enteros o a
conglomerados de personas, se llama profecía.
Psicocinesis –ó psicoquinesis–: capacidad de
la mente para influir sobre la materia, esto
es, sin valerse de ninguna clase de artilugio físico
conocido para llevar a cabo alguna transformación en un
objeto –doblar cucharas, levitación, arrastrar
objetos con el pensamiento,
etc.–
Son varias las limitaciones en torno la
discusión de si existe o no la PES, y el fenómeno
ha aportado conclusiones contundentes como para asegurar que sea
verdad. Por un lado, persisten las limitaciones de
verificabilidad y replicabilidad en las investigaciones; no
siempre las pruebas
ofrecen los mismos resultados, y es difícil repetir o
verificar los factores en condiciones cambiantes. A esto se suma
el hecho de que las explicaciones se limitan a eventualidades
bioquímicas que no explican la ocurrencia de estos
fenómenos y a las creencias de los investigadores que
pueden llegar a sesgar los estudios.
No obstante, nuestro conocimiento del mundo es
aún limitado y poco a poco se progresa en la
formulación de nuevas teorías
físicas que amplían nuestra consideración de
la realidad. Aunque los psicólogos son escépticos
frente este tipo de fenómenos; tal vez, sin saberlo,
nuestra habilidad mental que permanece oculta, evoluciona
conforme lo hace nuestro cerebro y quien
sabe, tal vez alguna vez podamos trascender a las limitaciones
del tiempo y el
espacio a través de nuestro pensamiento… sentados
en una cómoda silla de
nuestra casa…
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(Consulta: 18 de mayo de 2000)
SCHIFFMAN, Harvey Richard. La Percepción Sensorial.
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Autor:
Paulo César Mesa
Herrera