- La andragogía de
Félix Adam - La
ciencia de la educación y la andragogía
según Félix Adam - Análisis
crítico de la propuesta andragógica de Adam y
bosquejo de una concepción
alternativa
Desarrollo humano, pedagogía y andragogía:
una lectura y diálogo con Félix
Adam
"No puedo renunciar al apostolado de hacer
de la
educación el instrumento de liberador de
nuestro pueblo y esto sólo puede lograrse
formando
educadores con una nueva mentalidad, con
una
buena actitud para
los cambios venideros."
Félix Adam
Nos proponemos en este trabajo
analizar, primero, la contribución del pensamiento
educativo de Félix Adam a la corriente de la
pedagogía latinoamericana; segundo, la problemática
de la relación Pedagogía/Andragogía en el
proceso de
desarrollo
humano; y, tercero, hacer algunas reflexiones sobre la
Andragogía por él fundada a la luz de nuestra
propuesta de desarrollo
humano integral a base de competencias.
Los humanos somos seres de tradiciones, nos alimentamos
de ellas, nuestra vida cobra significado y dirección gracias a ellas. Pertenecer a una
tradición es sentirse parte de un proceso histórico
que nos trasciende, es reconocer que nada importante se construye
en una generación, y que el logro de las grandes
aspiraciones sólo se da en el relevo de las generaciones,
que trabajando sobre un mismo objeto y a la luz de un ideal, van
entendiendo mejor su realidad y el ideal, y el modo de
aproximarlos.
Una tradición es un logos, o mejor un
diálogo, del que nos sentimos parte. La tradición
es un interlocutor con el cual compartimos experiencia y que nos
reta a elaborar nuestras propias interpretaciones. La claridad,
sistematización, y comprensibilidad y sólida
fundamentación de ésta tradición nos sirve
de trampolín para elevarnos a un nivel superior de
experiencia. Al hacer la lectura de
una tradición e identificarnos con ella, no podemos menos
que tratar de emularla y superarla. Decía el gran educador
Pablo Freire "la mejor manera de entenderme es superarme". Las
tradiciones intelectuales
perviven en la medida en que se renuevan y nutren con nuevos
aportes; en que se actualizan y se contextualizan.
Es en este espíritu de la tradición
así entendida, que llevamos a cabo nuestra lectura y
dialogo con el
fundador para Latinoamérica de la Andragogía, a
cuya memoria dedicamos
este trabajo.
a. La ANDRAGOGÍA
de Félix Adam
en el contexto de la
teorÍa-práctica de la EDUCACIÓN
latinoamericana
Desde el siglo XIX se constituye una pedagogía, o
mejor, como preferimos llamarla, una teoría-práctica de la educación,
latinoamericana, que a diferencia de la europea y la
estadounidense, es una interdisciplina, en la que se combinan en
forma sintética y crítica, ciencia,
ética,
sociología, antropología, epistemología, lingüística, psicología y tecnología en el
marco de un proyecto
político humanista emancipador. En el
puertorriqueño Eugenio María de Hostos, como en
ningún otro educador en el mundo de esta época,
encontramos esta teoría-práctica de la
educación capaz de pensar y organizar los procesos de
formación humana en toda su complejidad y en función de
un ideal emancipador.
Para la segunda mitad del siglo XIX, alcanzada la
emancipación política de las
colonias hispanoamericanas, se hace claro, que con el
establecimiento del régimen constitucional republicano tan
sólo se ponía un marco legal para la verdadera
liberación de nuestros pueblos. José Martí
resumió magistralmente la tarea que la educación
tenía por adelante al afirmar: "Hombres haga quien quiera
hacer pueblos". Simón Rodríguez, el maestro de
Bolívar
recalcaba por su parte: "Yo dejé la Europa (donde
había vivido veinte años seguidos) por venir a
encontrarme con Bolívar; no para que me protegiese, sino
para que hiciese valer mis ideas a favor de la causa. Estas ideas
eran (y serán siempre) emprender una Educación
Popular, para dar ser a las Repúblicas imaginarias que
ruedan en lo libros y en
los Congresos ? Educar es enseñar al hombre a
tratar con las cosas e infundirle ideas sociales?saber vivir en
República."
La forma dominante europea y estadounidense de entender
la teoría-práctica de la educación resultaba
inadecuada para las necesidades de autoconstitución de
nuestros pueblos latinoamericanos y por eso la pedagogía
que va de Eugenio María de Hostos a Paulo Freire, va a
tener un carácter distinto a aquellas.
Hay cinco características que definen esta
teoría-práctica de la educación:
1º. Porque en Latinoamérica la
educación debe responder a la necesidad de completar el
proceso de emancipación de nuestros pueblos (tanto en el
sentido externo de la nación
frente a otras naciones, como en el interno de la ciudadanía, es decir de las libertades
civiles, los límites
del Estado y el
gobierno
democrático y la justicia
social) la teoría-práctica de la educación
será eminentemente político-liberadora.
2º. Porque en Latinoamérica la
filosofía educativa responde a la necesidad de sustituir
el ethos religioso transmundista, por una espiritualidad y
esperanza terrenal, la filosofía educativa, será,
eminentemente, idealista, no en el sentido ontológico,
sino en el ético- humanista.
3º. Porque el "hombre" americano es proyecto
inconcluso, la filosofía educativa será
antropológica y antropogenética; orientada a
construir el ser humano integral, de carácter y conciencia, que
reúne entendimiento, sensibilidad y voluntad al servicio de la
patria.
4º. Porque hay necesidad de sustituir la
concepción imaginaria, especulativa y poco funcional de
manejar la realidad, tiene que haber una reflexión
epistemológica que permita discriminar y clasificar los
saberes, sustituir el saber esteticista y especulativo por el
científico positivo y tecnológico.
5º. Porque en Latinoamérica se da la urgente
necesidad de acelerar el proceso histórico
económico y crear una civilización industrial que
nos saque de la pobreza y
traiga felicidad para todos, la educación será
utilitaria (industrial-laboral).
Aunque Félix Adam no lo reconozca así
expresamente, es precisamente en esta tradición que se
ubica su propuesta andragógica, que contradecir viene a
representar un importante desarrollo de la
teoría-práctica educativa
Latinoamericana.
Debe quedar claro que la teoría-practica
educativa o pedagogía Latinoamericana no designa
aquí una escuela cerrada
en la que todos sus contribuidores comparten unas mismas posturas
filosóficas o políticas.
Por el contrario se trata de un movimiento y
una tradición histórica, caracterizada por estas
cinco notas y en la que encontramos grandes discrepancias y
luchas, a veces de exclusión, y posturas que pueden
catalogarse, por los interesados en las etiquetas
políticas, como de derecha, centro e izquierda.
Félix Adam se desempeñó en todo el
escalafón educativo, desde monitor de
maestro en la primaria hasta Secretario de Educación y
Rector universitario. Durante prácticamente toda su vida,
desde sus años de dirigente estudiantil, fue un educador
involucrado en la lucha en defensa de los principios
democráticos, de la dignidad
humana y de una sociedad
más justa. Lo hizo pensando no sólo en Venezuela sino
en Latinoamérica en general. Llegó incluso a sufrir
prisión por su lucha contra la dictadura de
Marcos Pérez Jiménez. Adam veía en la
andragogía aun instrumento de emancipación humana
personal y
colectiva. Desde sus inicios concibió la educación
como el instrumento idóneo de liberación
humana.
Para Adam la educación debe ser sobre todo un
proceso autogestivo en el cual la persona se asume
como proyecto: como él lo expresa: "el hombre es
un ser en siendo, nunca deja de aprender y de ser .., es un
proyecto que se construye día a día y se transforma
conforme al componente energético de su esencia." El
proceso educativo formal debe insertarse en ese otro más
amplio que el la existencia humana misma debe tener por ende
lugar a lo largo de toda la vida, debe ser lo que él llama
"educación permanente": "La educación permanente se
identifica con el desenvolvimiento humano total iluminado por una
intencionalidad racional. Ideal y técnica. La gran tarea
de la educación permanente es someter todo el proceso de
desenvolvimiento humano, toda la incidencia de estímulos
que actúan sobre él incluidos los actualmente
incontrolados y ocultos a esa intencionalidad."
Nos parece que hay dos grandes experiencias que llevaron
a Adam al desarrollo de la Andragogía: la de alfabetizador
en la década del 60 y la de profesor
universitario,
La experiencia educativa que parece haberle
señalado el rumbo para la creación de su
teoría educativa fue su participación en la gran
campana de alfabetización que se lleva a cabo en
Venezuela. La campaña de alfabetización era el
fundamento para la gran democratización, y
modernización, la revolución
pacifica, que se quería llevara a cabo en ese país
en el marco de la estrategia del
Partido de Acción
Democrática.
Su otra experiencia con la educación de adultos
fue la universitaria. Observa que la universidad, que
se democratiza y masifica al abrir sus puertas a todo tipo de
estudiante, carece de las estructuras y
procesos adecuados para educar los adultos en tanto adultos. Se
desperdicia de este modo una extraordinaria oportunidad para el
progreso económico, social y cultural del país.
Para Adam esta situación es particularmente grave porque
se percata de los efectos negativos que la modernización
del país trae sobre el sistema de
valores y
relaciones en Venezuela.
Para Adam la raíz del problema estriba en la
forma de práctica educativa que impera en la universidad,
la pedagogía que él identifica con educación
para niños.
Dice al respecto: " … la estructura
escolarizada de la vida universitaria, sometida al imperio del
avasallante mundo pedagógico … en nuestro criterio,
constituye el peor obstáculo en los propósitos de
renovar e innovar la docencia
universitaria….Las universidades latinoamericanas, sin
exagerar, son organizativamente escuelas primarias de alto
nivel. La mayoría del prefesorado universitario cree o
trata de convencerse, que los estudiantes, los muchachos, como se
dice comúnmente, son "niños" a quienes pueden
imponer sus ideas, manipularlos a su antojo, decidir por ello lo
que deben aprender, en fin, sólo ellos y nada más
que ellos, establecen las reglas del juego que
deben ser aceptados con tal sumisión y
dependencia.
Con ello se priva al estudiante universitario del rasgo
que sobre todo define para Adam la vida adulta: la capacidad de
mando, de sí mismo y del país. Citamos en extenso a
Adam por la actualidad de su pronóstico:
"Es un error, olvidar o desconocer una realidad
tangible, cual es la condición adulta del estudiante
universitario, pues, negaríamos su capacidad en la
toma de
decisiones y en asumir responsabilidades en la vida social.
Tal tratamiento, provocará en los estudiantes
universitarios, siendo adultos, reacciones negativas y
sentirán la necesidad de practicar la conducta de los
niños. Habrá una regresión
psicológica canalizada por artificios manejados
hábilmente por los partidos
políticos que tratan de "pescar en agua
revuelta"…. Protestarán los estudiantes por la
inflexibilidad curricular, los torturantes sistemas de
evaluación, la falta de
participación en las decisiones académicas, la
obligatoridad de asistir al recinto universitario, la
imposición disciplinaria de teorías
ajenas a la realidad vital y a su experiencia, por las
humillaciones a que son sometidos día a día, cuando
se les niega el derecho a opinar y a disentir y se les obliga a
aceptar pasivamente, sin discusión, conceptos que han de
repetir para ser promovidos en sus estudios.
En fin, nuestras universidades, abanderadas y centro de
las luchas por la defensa de los derechos humanos,
que significan el respeto a la
personalidad
del hombre, a la autodeterminación, al rechazo de toda
imposición ideológica y al autoritarismo estatal,
son la negación de estos principios en la actividad
docente universitaria."
Precisamente, como Adam señala, la gran paradoja
que se presenta en la educación universitaria, es que su
organización y administración se fundamentan en un
criterio pedagógico que ignora la realidad adulta del
estudiante universitario. Por tanto, si el sujeto de la
educación universitaria es adulto, necesariamente hay que
buscar en la ciencia
andragógica los fundamentos teóricos que permitan
adecuar los aprendizajes, las estrategias
metodológicas, la construcción del currículum, las
relaciones profesor-estudiante (facilitador-participante) a la
naturaleza
psico-social de una comunidad adulta
que debe caracterizarse por el respeto mutuo, opcional y
participativo de sus integrantes.
La inadecuada práctica educativa que se lleva a
cabo tanto con el campesino en
los programas de
alfabetización como con los universitarios es detrimental
para hacerle frente al paradójico problemas que
comienza a enfrentar Venezuela a partir del boom petrolero que se
inicia en la década de los 70: la inmensa miseria y
pobreza en
medio de una riqueza. Riqueza que beneficia tan solo a una
minoría del país, la oligarquía dominante y
la clase media,
cuyo amplio desarrollo apoyará para convertirla en su
aliada incondicional para su proyecto de modernización de
Venezuela.
Nos parece que es en este contexto que hay que
interpretar los siguientes señalamientos de Adam que se
percata del carácter contradictorio de este
progreso:
"Siempre ha habido razones para educar al adulto: ya sea
para aprovecharlo en la producción de bienes, como
esclavo, siervo u obrero; ya sea para la guerra o la
destrucción, o la conquista. Esa educación ha sido
impartida en función de ideales o aspiraciones o intereses
de grupos dominantes
y árbitros del poder
económico y político. En la sociedad esclavista o
medieval o en la actual sociedad capitalista o socialista, el
adulto ha sido, frecuentemente, objeto o sujeto de una
educación al servicio del acrecentamiento de al riqueza o
del poderío de las parcialidades en que se ha dividido la
humanidad para imponer criterios que siempre conduzcan a una
transformación ascendente…. Esto es el
progreso."
Señala por lo tanto "la necesidad de eliminar la
brecha acentuada entre la humanidad que disfruta plenamente de la
civilización y otra que permanece marginada y que sin ser
esclava ni sierva en el estricto de la palabra, vive en
condiciones infrahumanas, sin disfrutar del adelanto y progreso
que la ciencia y la t?técnica generan cada día y
que, creemos debieran estar siempre al servicio de la humanidad
entera." En este proceso ve Adam también el peligro de la
atomización de las culturas y sociedades, en
contraposición a la necesidad de una cultural y sociedad
nacional y universal. Por otro lado advierte del otro gran
peligro de la modernización, el uso inadecuado de la
tecnología: El dominio de la
ciencia y sus aplicaciones tecnológicas se ha desarrollado
a un grado tal que hace necesario ponerle fin a la
destrucción del hombre por le hombre." Y concluye que hay
que "seguir educando al hombre permanentemente si queremos que el
progreso no destruya al propio hombre y convierta este planeta en
algo desolado y estéril".
Preocupa a Adam que con el advenimiento de un
régimen democrático en Venezuela se abre
oportunidades para el desarrollo de capacidades y la
adquisición de conocimientos superiores en el campo de la
ciencia y de la técnica que podrían llevar al
mejoramiento de la condición social del individuo.
Pero "el sector mayoritario d el población no posee las aptitudes
académicas y permanece en los niveles inferiores de la
educación, marginada y sin aprovechar eficazmente sus
facultades por falta de un programa con
servicios de
educación de adultos que ofrezca oportunidades para
acrecentar sus conocimiento y
experiencias en función de sus aspiraciones intelectuales,
profesionales y sociales de adultos". La Andragogía tiene
pues un rol que cumplir en el "rescate del talento humano no
aprovechado".
Finalmente Adam tiene claro la tendencia
contemporánea de la explosión en la
producción de conocimiento y por ende la obsolescencia de
aquel que no se renueva. Plantea al respecto la necesidad de
enseñar a construir conocimientos, de aprender a aprender,
como única forma de mantenerse permanentemente
actualizado.
De otro lado, Adam fervoroso creyente de la dignidad
humana, que implica el más grande respeto al pensamiento,
iniciativa y autogobierno de la persona individual, se muestra
desconfiado de las políticas de masas de tendencias
centralizadoras y totalitarias. De aquí su repudio del
pensamiento de extrema izquierda al que vislumbra se verán
conducidas las masas no educadas en la libertad del
autogobierno.
Los propósitos de la
Andragogía
Frente a este cuadro social, la constitución de la Andragogía como
ciencia de la educación de los adultos tiene un fin
inmediato que es "encontrar caminos adecuados que faciliten
el
conocimiento y tratamiento científico de la
educación de adultos". La Andragogía es pues
ciencia y
tecnología, comprende el estudio del hecho educativo
del adulto, es decir de las capacidades, acciones,
circunstancias, que explican su aprendizaje y
desarrollo humano. Sobre la base de este conocimiento se elaboran
principios, procedimientos,
estrategias, métodos y
técnicas para orientar la actividad
educativa del adulto todo ello en el marco de una
orientación emancipadora social e individual, no como mera
tecnología instrumental, cónsona con la
tradición de la teoría práctica del
educación latinoamericana. En resumen, la
Andragogía tiene como fin establecer los métodos,
la
organización y otros aspectos destinados a hacer de la
educación de adultos una tecnología útil al
desarrollo integral de la especie humana."
Adam considera que los objetivos
generales de la educación de adultos se pueden resumir en
cuatro:
1. Estimular y ayudar al proceso de
autorrealización del hombre, mediante una adecuada
preparación intelectual, profesional y
social.
2. Preparar al hombre para la eficiencia
económica en el sentido de hacerlo mejor productor,
consumidor y
administrador de sus recursos
materiales.
3. Formar en el hombre una conciencia de integración social que le haga capaz de
comprender, cooperar y convivir pacíficamente con sus
semejantes.
4. Desarrollar en el hombre conciencia de
ciudadanía para que participe responsablemente en los
procesos sociales, económicos y políticos de la
comunidad.
En conclusión, podemos afirmar que la
Andragogía que funda Adam responde en sus
propósitos y carácter a la tradición de la
teoría-práctica educativa latinoamericana y que
cometemos un error cuando la reducimos a mero instrumentalismo
educativo que ignora el compromiso social
ético-político de la educación. En este
contexto su Andragogía debe verse como una importante
contribución a la teoría-práctica educativa
latinoamericana en las condiciones de la
contemporaneidad.
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