El DISEÑO CURRICULAR Y ABIERTO
Indice
1.
Introducción.
2. Desarrollo.
3. Conclusiones.
4. Bibliografía.
Las nuevas exigencias que impone el desarrollo social
mundial, hacen que las políticas
educativas en el inicio de este siglo XXI sea un aspecto que
necesite ser atendido, aún cuando los proyectos
neoliberales que se globalizan quieran establecer todo lo
contrario.
Es por ello que al respecto la UNESCO convoca a los Ministerios
de Educación
de América
Latina y el Caribe a las celebraciones de reuniones con la
finalidad de analizar y llegar a consenso en el área sobre
el Proyecto
Principal de Educación, de manera que se atenúen
las dificultades y se prepare al hombre para
enfrentar los problemas del
mundo actual.
En la recién concluida Séptima Reunión del
Comité Intergubernamental de este Proyecto (PROMELAC VII)
celebrado en Bolivia del 5
al 7 de marzo pasado, fue aprobada su Declaración y entre
los aspectos que se recomiendan está la necesidad, que
ante los nuevos sentidos de la educación en un
mundo globalizado y en permanente cambio, la
reflexión y la adecuación del currículo ha de ser un elemento central en
la práctica de los docentes, el cual debe enriquecerse en
función
de las necesidades de los estudiantes y de su contexto, si se
desea que se logren aprendizajes eficientes y los niveles de
calidad
educativa planteados en los objetivos,
como expresión pedagógica de las exigencias
sociales, filosóficas, políticas y
económicas.
Esto no es posible si el personal docente
no eleva y perfecciona su nivel de profesionalización, es
decir, si no se tienen en cuenta factores como: el análisis científico de su
práctica, la investigación en su aula y el
perfeccionamiento permanente (M.L. González; M.M. Escobar,
1999), viendo dentro de ese perfeccionamiento la
superación cultural integral.
La profesionalización de los docentes presupone que se
eleve la calidad de la educación y al respecto en nuestro
país se ha estado
trabajando de manera constante, de ahí el denominado
perfeccionamiento continuo iniciado desde 1975, la
cubanización de la pedagogía a partir de 1989 con la
introducción de nuevos planes y programas, las
transformaciones introducidas en la Secundaria Básica a
partir de 1995 acompañada de la optimización del
proceso
docente – educativo, las que fueron perfeccionadas en 1999 con la
Resolución Ministerial 85/99 donde se perfecciona y
precisa el trabajo
metodológico en el sector educativo, la carta circular
01/2000 y más recientemente los diferentes programas que
han sido implementados como son: el Programa Libertad, el
Audiovisual y la dotación de nuevas
tecnologías a las instituciones
escolares; todos estos cambios le imponen al docente nuevos retos
para lograr la formación de las nuevas generaciones con
una cultura
integral.
Se evidencia que la labor del docente ya no puede ser la de hace
10 ó 5 años atrás. Se requiere de un maestro
actualizado constantemente, que haga uso y localice la información que necesita por diferentes
fuentes, tenga
un dominio pleno
de los contenidos que imparte y de los principios
pedagógicos, epistemológicos, psicológicos,
filosóficos, sociológicos, sepa aplicar la ciencia a
su labor cotidiana que le permita diseñar estrategias
didácticas y educativas y lograr que todos los estudiantes
aprendan; lo que reafirmó el Ministro de Educación
Luis Ignacio Gómez Gutiérrez en la
celebración del XL Aniversario de la creación de
los centros de educación el 29 de noviembre del 2000.
Como todo proceso de dirección tiene que ser diseñado,
desarrollado y evaluado, para constatar su eficiencia, surge
la afirmación que defendemos: el desarrollo por
el docente tanto individual como cooperativamente del
diseño curricular de manera flexible y abierta, constituye
una excelente vía para su profesionalización. Este
es el propósito esencial del trabajo: hacerlos reflexionar
sobre la idea que se defiende.
De Miguel (1996) en una aproximación al concepto de
desarrollo profesional y a partir de analizar varias propuestas
define el mismo como: "Un proceso de formación continua a
lo largo de toda la vida profesional que produce un cambio y/o
mejora en la conducta de los
docentes, en las formas de pensar, valorar y actuar sobre la
enseñanza"; al respecto se comparte la idea
esencial pero se entiende que al final se restringe a la
enseñanza cuando en realidad debería ser sobre la
dirección del proceso pedagógico de manera integral
con mayor énfasis en el proceso de enseñanza –
aprendizaje.
Este mismo autor propone algunos aspectos que destaca como
principales para el desarrollo profesional, los cuales
compartimos, relacionándose a
continuación:
- El desarrollo Pedagógico: donde valora como
función profesional fundamental la actuación del
docente para conceptualizar, comprender y proceder en la
práctica educativa, profesionalismo que se evidencia
cuando, en la institución o aula, decide reflexivamente
en los procesos
más adecuados a seguir, cuando prevé,
actúa y valora su trabajo
sistemáticamente. - Desarrollo Psicológico: valora la madurez
personal, dominio de habilidades y estrategias para la
comunicación en el aula, y en la comunidad. - Desarrollo Cooperativo: valora las habilidades de
cooperación y diálogo con sus colegas, el
establecimiento de estrategias hacia la negociación y la resolución de
problemas y sobre todo en la creación de redes de comunicación y apoyo para comprender los
fenómenos educativos y de la actividad práctica.
Este aspecto, en nuestras condiciones se ve en el desarrollo de
los debates profesionales que deben realizarse, como parte del
trabajo metodológico en los diferentes niveles
organizativos establecidos en las distintas
enseñanzas. - Desarrollo en la Carrera: valora la
satisfacción en su trabajo y la posibilidad de progresar
dentro del sistema; los
cuales ve interrelacionados pero movidos por dos elementos
claves como son la
motivación y la constante retroalimentación. El desarrollo en la
carrera ha de verse en la carrera profesional como pedagogo; la
motivación, en el grado de afectividad
por la profesión y la intención marcada en su
proyección futura, y la constante
retroalimentación en la investigación e
indagación de su práctica, en la búsqueda
permanente de métodos
que lo hagan crecer como profesional y como ser
humano.
Si se reflexiona respecto al accionar del docente
durante el diseño curricular, entendido como el proceso
dirigido a elaborar la concepción de un nivel dado y el
proceso de enseñanza – aprendizaje que permite su
formación (H. Fuentes 1996); cuando se mueve por los
diferentes niveles de concreción, se puede decir que este
comprende la elaboración de la estrategia
esencial del currículo y la del proceso de
enseñanza aprendizaje a nivel de disciplina,
asignatura, unidad didáctica y que extendemos más
allá a los sistemas de
clases y de cada una de las tareas docentes.
En particular referimos los niveles que son concebidos por J.
Fonseca (1999) para el diseño curricular en la
transformación de la Secundaria Básica, donde se
observa la interrelación que entre estos se establece en
el accionar por perfeccionarse continuamente y que lo resume a
través de la siguiente gráfica:
Al añadirse la experiencia adquirida a través del
estudio de la literatura que aborda la
teoría
curricular en otros países y en Cuba, del
desarrollo de investigaciones
sobre el diseño curricular en las transformaciones de la
Secundaria Básica y en la tutoría de trabajos
científicos estudiantiles dirigidos al diseño de
Unidades Didácticas en la Matemática, se pudo constatar que el
diseño curricular en sus tres dimensiones: de
diseño, desarrollo y evaluación, contribuye al desarrollo de la
profesionalización del docente, por cuanto establece que
el docente se emplee a fondo en el desempeño de sus funciones.
¿En qué se fundamenta la idea que se
defiende?
Al hacer una valoración de la lógica
de actuación y la dinámica que le imprime el diseño
curricular al docente, se aprecia que:
Es necesario que este tenga un dominio pleno del contenido de la
disciplina o asignatura que imparte, su epistemología, historia y didáctica
particular, para poder analizar
diferentes representaciones del objeto de estudio, establecer
nexos entre los conceptos, relaciones y procedimientos;
buscar problemas y situaciones problémicas que respondan a
las necesidades y motivaciones de los estudiantes; poder
establecer la estructuración didáctica acorde con
los niveles de profundidad y de asimilación que se
requiera.
Acorde con la posición epistemológica que tenga el
docente, sobre el
conocimiento en general y de la ciencia que
explica en particular, así interpretará el
diseño y planteará el desarrollo curricular en su
aula ya sea por descubrimiento, invención, construcción personal,
interiorización de códigos, reglas,
asimilación de normas y pautas
culturales o una integración didáctica de estos bajo
una óptica
dialéctica – materialista donde, sin llegar a ser
ecléctico, se adopten posiciones no absolutas.
Además de permitir abarcar situaciones de
comunicación como son la delimitación del
significado, la forma de transmitir el conocimiento,
cómo se estructura y
se reelabora, el empleo del
conocimiento en disímiles situaciones y la
sistematización que este exige.
Se requiere contar con una cultura general que permita poder
establecer las relaciones interdisciplinarias, darle salida, a
partir de las potencialidades del contenido de la ciencia que se
imparte, a los contenidos principales o ejes transversales que
constituyen exigencias de los currículos actuales nos
referimos a la educación jurídica, laboral y
económica, para la salud y sexual, estética, ambiental y en particular la
educación patriótico, militar e
internacionalista.
Desde luego, esta cultura general exige hacer uso de las nuevas
técnicas de computación, apreciar la belleza y el buen
gusto de las diferentes manifestaciones artísticas y poder
transmitirla a sus educandos.
Se dominen los principios pedagógicos,
psicológicos, filosóficos y sociológicos y
se sea capaz de buscar en estas fuentes qué aspectos se
ponen de manifiesto en el proceso de enseñanza –
aprendizaje y su influencia para abordarlos de manera adecuada
según el contexto. El diseño curricular tiene sus
bases en estas disciplinas que en el accionar profesional se ven
interrelacionadas.
La Pedagogía aporta los aspectos referidos al concepto de
Educación, al sistema de valores y la
necesaria fundamentación ética que
conlleva implicaciones sociales y políticas, de ella surge
la noción clave de formación, ligado a los
componentes conceptuales, procedimentales, valorativos, afectivos
y actitudinales. La Didáctica, como una de sus partes,
destaca la dimensión racional y organizativa,
conceptualiza la enseñanza y el aprendizaje y
aborda sus relaciones
Las concepciones psicológicas permitirán precisar a
quién tendrán como centro de atención y la valoración adecuada de
lo interpsíquico y lo intrapsíquico en el proceso
para abordar de manera adecuada el aprendizaje, las relaciones
afectivas y de comunicación entre los sujetos, así
como los elementos metacognitivos que propicien llevar al
educando a la independencia
y el autocontrol de su propio desarrollo intelectual.
En la sociología encontrará las relaciones
que se establecen entre el sistema educativo y la sociedad a un
nivel macro, así como de los procesos sociales que tienen
lugar dentro de las instituciones educativas, etapas, ciclos y
prácticas cotidianas, a un nivel meso y micro
respectivamente, y cómo en nuestro caso aborda las
influencias de las demandas sociales en los procesos educativos y
las relaciones escuela, familia y
comunidad.
Por su parte las posiciones filosóficas
posibilitarán no absolutizar uno u otro aspecto que
influyen e intervienen en el proceso de enseñanza –
aprendizaje, estableciendo el carácter
dialéctico del mismo y evitando que se caiga en posiciones
idealistas, pragmáticas y positivistas.
La concepción y ejecución de los diferentes
componentes: objetivos, contenido, métodos, medios, formas
de organización y la evaluación deben
estar precedidos por el conocimiento de las condiciones
reales de los estudiantes y de todo lo que influye en el proceso
formativo mediante el diagnóstico integral que permita atender,
en sus diferentes dimensiones, a las diferencias individuales o
diversidad.
Cuando se refiere a las diferentes dimensiones se está
viendo al diagnóstico como un proceso continuo,
útil en la fase de previsión o diseño
propiamente dicha, pero que además permite ir
constantemente actualizando la caracterización de los
sujetos objetos de aprendizaje, del contexto y la
concepción de los diferentes componentes de manera que se
realice un proceso de enseñanza – aprendizaje
eficiente y con calidad. Esto implica saber determinar indicadores y
subindicadores, elaborar instrumentos, aplicarlos, procesarlos y
darle las lecturas adecuadas para perfeccionar la labor y eso es
investigar sobre su propia práctica reconocida como la
manera expedita de la profesionalización.
Al respecto en el material elaborado por un colectivo de autores
cubanos del Instituto Pedagógico Latinoamericano y
Caribeño (IPLAC) (Addine Fdez., Fátima…[et –
al];1998) se expresa:
"La investigación didáctica persigue la
indagación teórica que permite el análisis
crítico y reflexivo de la práctica de la
enseñanza y el aprendizaje con el apoyo de elementos
conceptuales y metodológicos que reflejan el método
científico de obtener conocimientos
El docente que incorpora a su labor de enseñanza una
actitud
científica hacia el proceso que concibe y dirige
contribuye a la profesionalización de su actividad.
Así, ejecutar junto a la docencia la búsqueda
científica y la solución de problemas del proceso
de enseñanza – aprendizaje conlleva a que el docente
realice una práctica social especializada y, como es
lógico y necesario, indica con exactitud al
enriquecimiento de la labor del maestro por elevar su
formación del docente – investigador. El maestro es el
principal investigador de profesionalidad".
Más adelante, en este mismo material se dice:
"La profesionalización del docente implica incorporar a su
trabajo la capacidad de atender los problemas científicos
del aprendizaje como proceso y como producto. Esto
equivale a descubrir estos problemas, prever posibles soluciones
– hipótesis de solución – y llegar a
aplicar la metodología científica que conduce a
la solución de dichos problemas. La
profesionalización del docente, con la
incorporación de la sistematización de su actividad
científica implica:
- Actitud y gestión para el cambio y
mejoramiento; - Indagación continua de problemas y sus
soluciones; - Desarrollo permanente de sus conocimientos sobre el
proceso de enseñanza – aprendizaje; - Integridad de pensamiento
y acción profesional científica; - Generación constante de una cultura
profesional, premisa del autoperfeccionamiento
docente.
Esta última cualidad, una actitud
científica del docente, es autotransformadora, que procura
cambios del docente por decisión propia y generada por el
dominio y la comprensión del alcance de su actividad
profesional. La autotransformación demanda de una
actitud creadora, situarse sistemáticamente frente a
la meta de
mejorar cada día la práctica, procurar un cambio y
perfeccionamiento propio sobre las formas de pensar, prever,
reflexionar, valorar y actuar en la enseñanza; elementos
que tendrán su reflejo en el aprendizaje de los
estudiantes".
Luego la práctica curricular se caracteriza por enfrentar
constantemente las tareas de diseño, adecuación y
rediseño interrelacionadas. El diseño como el
proceso de previsión dado en la etapa de
preparación; la adecuación, aunque también
visto como un proceso de previsión, dada a través
del ajuste del diseño curricular prescrito a las
condiciones concretas de la institución, a un nivel macro,
del grupo y
alumnos, a un nivel micro, y el rediseño como el resultado
de la reelaboración de lo diseñado, donde se
eliminan las insuficiencias del modelo inicial
o el adecuado, detectadas en la práctica producto de la
investigación o de validación.
La toma de
decisiones respecto a los componentes para su adecuada
selección, secuenciación y
organización deben garantizar que los alumnos logren
avances en su aprendizaje integral y desarrollador, por lo que es
otro factor que el docente debe tener presente para medir la
eficacia de su
diseño y práctica curricular y por ende del
desarrollo profesional alcanzado.
La cooperación, el debate
profesional y el intercambio con sus colegas con una
posición abierta y flexible para aceptar críticas y
sugerencias sobre las estrategias didácticas
diseñadas y/o establecer otras compartidas que permitan
resolver los problemas.
Las reflexiones realizadas permiten concluir que:
En la medida que los currículos sean más abiertos y
flexibles y no centralizados en su totalidad, permiten que los
docentes realicen ajustes, reelaboren y adecuen los mismos, a
partir de un proceso de diseño curricular, en
correspondencia con las características y condiciones de sus
alumnos, de sus grupos, de la
institución escolar y de la comunidad.
Se acepta que la práctica cotidiana del diseño
curricular con sus retos, es una vía para consolidar la
profesionalización docente, máxime cuando se tiene
un dominio de las dimensiones de diseño, desarrollo y
evaluación en constante interrelación y
caracterizado por la investigación constante.
Se impone un cambio de actitud del docente ante su labor
cotidiana, caracterizándola por la reflexión, la
insatisfacción constante de su quehacer, la
búsqueda de soluciones creativas y más
eficientes.
Resumen. Se parte de las nuevas exigencias que el desarrollo
social le impone a las políticas educativas, donde se
reconoce la necesidad de un elevado nivel de
profesionalización del docente para enfrentar la
dirección del proceso de enseñanza –
aprendizaje; defendiéndose la idea que: emprender el
diseño curricular de manera flexible y abierta, es una
vía de profesionalización, la cual, es fundamentada
y se invita a la reflexión
Palabras claves: diseño curricular,
profesionalización.
Adstract: de parting from the new challenges that the social
development gives to educational policies, where it is recognized
the need of a highly professional level of the teacher to face
the direction of the teaching – flexible and open way, is a
way to professionalize, which is substantiated and invites to
reflection.
Key words: curriculum
design, professionalization.
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Autor:
MsC. Juan José Fonseca Pérez.