Neoliberalismo
ANTECEDENTES
Es tan legítimo afirmar hoy que el
liberalismo es
la ola del futuro como lo era hace un par de décadas
decirlo del socialismo. De
hecho, bajo formas benignas o malignas, el socialismo
prevaleció en el mundo hasta bien entrados los años
Setenta. Luego, vino la desilusión. ¿No
podría ocurrir algo similar con el Neoliberalismo? Todo buen liberal tendría
que preguntárselo.
La preocupación surge al recordar que en
el siglo XIX hubo también una oleada de libertad. No
existe latinoamericano que no pueda señalar alguna etapa,
larga por lo general, cuando su país funcionó
bajo el amparo de una
constitución liberal, nuestro país,
no es excepción
A América
latina no le iba mal con el primer liberalismo
que acogió en el siglo XIX. Pero un día lo
abandonó. Lo aplicaba. Lo aprovechaba. Nunca creyó
del todo en él. En una hora de prueba, cuando
estalló la crisis
económica de 1929, retrocedimos hacia la zona autoritaria
de los golpes militares, hacia la zona regresiva del paternalismo
económico.
"Los valores de los
latinoamericanos, ¿son ahora liberales? ¿O
tomaremos otra vez el camino liberal por curiosidad, por
frivolidad, por ofuscación?…Cuando venga el liberalismo,
no nos dará nada. Nos invitará, sí, a
arriesgarlo todo. Recibirlo como una solución que cae,
como el maná, de arriba y de
afuera".
El Neoliberalismo
se origina en el período posterior a la Segunda Guerra
Mundial, éste, es heredero de las teorías
neoclásicas de finales del siglo XIX; pero es en los
años setenta cuando comienza su auge a nivel internacional
al iniciarse la crisis en la
teoría
Keynesiana, que no pudo encontrar respuestas a diferentes
problemas que
han angustiado al mundo en las últimas
décadas.
Entre sus principales exponentes
tenemos:
- En Europa
Occidental: los economistas Ludwig Von Mises, Wilhem Roepke y
Frederik Von Hayek; los filósofos Karl Popper y Raymond Aron y el
periodista Jean Francois Revel. - En Estados Unidos:
los economistas Milton Friedman, Paul Samuelson y Jefri
Sachs. - En América
Latina: el periodista Carlos Rangel, el economista Luis
Pazos.
EL NEOLIBERALISMO
COMO IDEOLOGÍA
El modo más sutil que puede arbitrar una
ideología para imponerse y perdurar es proclamar la muerte de
las ideologías y mostrarse bajo otro semblante, por
ejemplo, la ciencia. Es
lo que sucedió por casi un siglo con el positivismo.
La ciencia
positiva hace las veces de la política, la
filosofía y la teología, y siempre como evidencia
apodíctica y sagrada. Y así, disentir
razonablemente de una hipótesis científica, pasa a ser un
sacrilegio y una rebelión; y el que se atreve a tanto no
merece el honor de una respuesta científica sino la
marginación condescendiente o brutal: ha perdido la
contemporaneidad y no tiene sentido dirigirle la
palabra.
Eso pasa hoy con el Neoliberalismo. Es un modo de practicar la
economía
política
que está alcanzando vigencia planetaria. Pero el que esta
práctica haya logrado imponerse no significa la
convalidación de sus postulados; sólo atestigua la
contundencia de los medios (tanto
políticos como económicos).
"Se ha demostrado que los organismos de
decisión política o
administrativa no obedecen al tipo de comportamiento
altruista que postuló, con cierta ingenuidad, el
intervencionismo económico del siglo
XX".
EL NEOLIBERALISMO
COMO IDEOLOGÍA
POLÍTICA
El postulado principal del Neoliberalismo es que
la competencia pone
a funcionar hasta el tope las energías latentes en los
individuos que conforman el todo social, y así la extrema
movilidad que se genera, tras una etapa dolorosa de ajustes,
provoca una sociedad de
bienestar. Para que este postulado se realice, el Estado no
puede sobreproteger al pueblo: el populismo o la
planificación central mantienen al pueblo
en perpetua minoridad; al atrofiarle la iniciativa y la responsabilidad lo mantienen no sólo
improductivo para la sociedad sino
débil y carente de valor a sus
propios ojos.
"El liberalismo
económico defiende el mercado como
instrumento productivo: para asignar los recursos escasos
de la sociedad a sus
usos o empleos alternativos a través de los precios libre,
porque se respeta de ésta manera las prioridades de la
gente en esas asignaciones, y no se imponen las de los elencos
políticos y burocracia.
Como los precios
(libres) de los productos
finales son espejo en el cual los criterios de
valorización de la gente se reflejan de manera directa e
inmediata, el liberalismo
económico defiende también en principio al mercado como
instrumento distributivo del producto
social; porque es menos imperfecto que los instrumentos
estatales. También sus criterios de distribución reflejan – aunque
indirectamente – las preferencias, valorizaciones y prioridades
de la gente: los precios de los
bienes y
servicios
finales determinan los precios de los
factores – entre ellos el trabajo -;
y estos a su vez determinan sus ingresos, que
constituyen la vía de distribución del mercado. Los
instrumentos estatales de distribución del ingreso en cambio se
prestan – no siempre inevitablemente – a diferentes formas de
distorsión y corrupción. Entre ellas, la de ser
distribuidos o negados en función de criterios
discriminatorios".
Igual que la nación tiene que salir al
mercado del
mundo, el pueblo debe salir también al mercado nacional
pagando los servicios y el
consumo en su
valor real y
sometiéndose todos al mercado de trabajo. Tampoco el Estado
puede sobreprotegerse a sí mismo y entrar en el mercado
como si fuera una corporación privada. El Estado es
público; su función sería crear condiciones
para que funcione el mercado y velar porque no se alteren. Su
finalidad es velar por el bien común, no realizarlo. Ese
bien lo realizan los ciudadanos a través de las organizaciones
económicas en la concurrencia del
mercado.
EL NEOLIBERALISMO COMO PROPUESTA
ECONÓMICA
El Neoliberalismo es una doctrina
filosófica que tiene ramificaciones en todos los campos de
las ciencias
sociales. Los neoliberales se dedican a ensalzar la competencia
capitalista, afirmando que el mecanismo de esta última
garantiza automáticamente las mejores condiciones para la
evolución de las fuerzas
productivas.
"Una peculiaridad del Neoliberalismo es que
combina la exaltación de la libre competencia y de
la restauración automática del equilibrio con
el reconocimiento de la necesidad de la intromisión del
Estado en la
economía.
Lo peculiar de esta argumentación reside en que la defensa
de la intervención del Estado en la
economía
se presenta como una lucha por la libre
competencia".
La argumentación del Neoliberalismo es que
la libre competencia es
el estado
ideal de la economía, pero no
siempre puede ponerse en vigor, porque los monopolios la
contrarrestan. Esta reacción puede ser superada y la libre
competencia puede
ser restablecida tan sólo aplicando una serie de medidas
de política
económica.
La teoría
de los neoliberales se basa, en forma enmascarada, en la idea del
papel decisivo
del Estado en la
economía,
es decir, el rol del Estado debe
ser el de promover la libre competencia.
CARACTERÍSTICAS DEL NEOLIBERALISMO
ECONÓMICO
Según el escritor venezolano Fernando
Salas Falcón:
- Defienden un mercado altamente
competitivo. - Aceptan la intervención del Estado en la
economía, como arbitro o promovedor de la libre
competencia. - Se oponen al acaparamiento y a la
especulación. - Se oponen a la formación de monopolios y
oligopolios - Se oponen a la fijación compulsiva de
salarios por
el
Estado. - Rechazan la regulación de precios por
el Estado, ya que deben fijarse en base a la relación
oferta/demanda. - Se oponen a la creación compulsiva de
empleo. - Se oponen al gasto público
burocrático. - Defienden el libre comercio
internacional. - Defienden la libertad de
contratación del trabajo y la libre movilidad de los
factores de producción.
EL NEOLIBERALISMO COMO PROPUESTA
ANTROPOLÓGICA
Detrás del objetivo de la
sociedad de
bienestar hay una propuesta antropológica que está
siendo internalizada en los ambientes ganados por el
Neoliberalismo. En términos éticos suena
así: "lo moralmente bueno, lo que debe procurarse como
bien para sí mismo y para la sociedad es
producir (aumentar la productividad,
cualificarse, rendir al máximo de las posibilidades),
consumir (comprar las marcas más
prestigiosas, exigir calidad, acceder
según las preferencias a lo que se propone como deseable)
y exigir los propios derechos Lo demás debe dejarse
a los que gerencian la sociedad (el Estado, los Medios de
Comunicación Social…). Es completamente
disfuncional para la sociedad y desestabiliza y frustra a la
persona el que
se preocupe del todo social, de la suerte de los pobres. En todo
caso, si a alguien le inquieta esto, que se deje de elucubrar o
pretender; que deje, pues, lo que se llama política, y que se
meta pues a cualquier asociación benéfica, privada,
por supuesto: se sentirá bien, empleará su tiempo libre y no
causará problemas a su
relación con el todo social ni a la sociedad como
todo".
En este esquema nada convoca personalmente a los
ciudadanos; estos no son llamados como cuerpo social a nada que
los trascienda. En rigor la sociedad no existe como campo
posibilitante de las preferencias de cada cual. La idea de la
humanidad como cuerpo social que se propone fines carece
totalmente de sentido. "De ahí el refugio en la familia
como pequeña tribu o el resurgimiento de lo étnico,
la tribu grande, como restos de sentido o lugares de
reunión". Pero este cultivo en las raíces, sin
proyección trascendente, amenaza con convertirse en un
egoísmo colectivo.
LO QUE ENCUBRE EL
NEOLIBERALISMO
Se tildó al Neoliberalismo de
ideológico, porque encubría lo que es:
economía política. Proclamar
el fin de la política es su modo de hacer política.
Con esta consigna han conseguido convencer a los políticos
y tomar los Estados, y con ella someten al pueblo al convencerle
del carácter inexorable de sus propuestas. El
Neoliberalismo ha sido tremendamente exitoso como proyecto
político. Y la consecuencia de tomar el Estado no ha sido
disminuirlo, por el contrario, lo han empleado a fondo para
cambiar las estructuras,
resistiendo tremendas presiones.
Y ni en el aspecto económico lo han
disminuido; han retirado los recursos de la
subvención de servicios para
canalizarlos al capital
financiero, a la reconversión industrial y al mantenimiento
del sistema. Tampoco
se ha abandonado el proteccionismo: la compra de importantes
empresas o
más aun de grupos enteros
por parte de transnacionales extranjeras es en los países
centrales una decisión política, en el sentido
estricto de que está en manos del Estado, en tanto para
nuestros países se predica la apertura irrestricta, la
completa transnacionalización.
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¿Qué es el Liberalismo?
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Palabras Clave: Neoliberalismo,
Ciencia
Política
REALIZADO POR:
OSWALDO RAMÍREZ
COLINA