resumen capítulo 4 el economista camuflado
Los mercados perfectos permiten que hagamos aquello que queremos siempre y cuando nuestro placer sea mayor que los daños causados, el problema reside en el modo de valorar en cada cuestión si el placer es superior a los daños, así como a veces las externalidades implican costes y beneficios de difícil medición y pueden tener un valor distinto para cada persona. Se propone por tanto, establecer un “impuesto sobre la externalidad”, el cual debe establecerse en función del precio marginal, reflejar correctamente los costes de la externalidad y la relación entre beneficio-daños. Aunque esta parezca una correcta medida presenta varias objeciones, como la injusticia entre las personas más pobres que quizás no puedan permitirse el pago de éste impuesto, y las personas más ricas, que dispondrían de total libertad para conducir, lo que podría dar lugar a una redistribución desigual de la renta. Para eliminar estas diferencias sería posible o bien exigirles un mayor impuesto a los ricos o eliminar otro tipo