reseña del libro trampas de luz de carlos ruiz mejia
Quienes merecen, a mi parecer, mayor popularidad de la que tienen. Estos genios eran singulares en muchos aspectos y en el viaje, a parte de poder gozar de sus elaborados razonamientos, seréis espectadores de primera línea de algunos capítulos curiosos que protagonizaron en defensa de sus posturas respecto a la cuántica. A modo de ejemplo servirá la situación un tanto desconcertante que os explico a continuación:
Niels Bohr invitó a Erwin Schrödinger para dar una conferencia en su Instituto de Copenhague y no le dejó ni a sol ni a sombra. Empleó horas y horas en tratar de convencerle de que sus ideas eran las correctas. En palabras de otro testimonio de excepción, Heisenberg, la batalla entre Bohr y Schrödinger“prosiguió día tras día desde bien temprano hasta última hora de la noche”.La militancia pro-cuántica de Bohr no hizo concesiones:“Días después de estas implacables discusiones, Schrödinger cayó enfermo hasta el punto de tener que guardar cama. Y aunque la esposa de Bohr hizo todo lo que estuvo en su mano por cuidar a su huésped, este se sentó en el borde de la cama y siguió discutiendo: “pero Schrödinger, usted debe ver que…”.
Niels Bohr
No obstante, hay que hacer notar que, de vuelta, Schrödinger escribió al físico Wilhelm Wien que tanto Bohr como