Como conseguir un matrimonio infernal
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Para otros usos de este término, véase Malinche (desambiguación).
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La Malinche traduce la lengua de los mexicas a Cortés. Lienzo Tlaxcala Siglo XVI
Malinalli Tenépatl, la Malinche o Doña Marina (c.1502 - c.1529) nació posiblemente en Coatzacoalcos, quizá en la clase alta de la sociedad mexica. Según Bernal Díaz del Castillo, los padres de Malintzin eran señores y caciques de un pueblo llamado "Painala". El historiador Gómez de Orozco supone que el nombre de su padre era el que señala como "Chimalpain", o sea, "Malintzin Tenepal". Éste era un cacique noble señor que se casó, según la costumbre, con una "señora de vasallos y Estados", también de …ver más…
[editar] Intérprete de Cortés
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Figura de La Malinche en el Museo de Cera Veracruz.
Como tal esclava fue regalada a Hernán Cortés el 15 de marzo de 1519 por los caciques de Tabasco, junto con otras 19 mujeres, algunas piezas de oro y un juego de mantas, después de que Cortés derrotara a los tabasqueños en la llamada "Batalla de Centla". Tras bautizarla e imponerle el nombre de "Marina" fue regalada a su vez a Alonso Hernández Portocarrero, uno de sus capitanes, Cortés descubre que Malintzin habla náhuatl y empieza a utilizarla como intérprete náhuatl-maya, ocupándose Jerónimo de Aguilar (náufrago español que había estado cautivo y que fue rescatado por Cortés en Cozumel) de la traducción maya-español. Así, con el uso de tres lenguas y dos intérpretes, se llevaron a cabo todos los contactos entre españoles y aztecas, hasta que Malintzin aprendió castellano. Se la conoce por los nombres Malintzin, Malinalli (transliteraciones al castellano del nombre original; el sufijo tzin se añadía al nombre para indicar jerarquía y nobleza), o bien La Malinche, que es la forma más común de referirse a ella. También como Marina, siempre expresado como doña Marina. Por fin, Malinalli Tenépatl, así como Marina La Lengua, ambos -el primero en lengua Náhuatl y el segundo en castellano- en referencia a su capacidad expresiva, esto es, su reconocida facilidad de palabra.[1]
Es indudable que, más allá de su servicio como intérprete, Malintzin asesoró a los españoles