hora santa para catequistas
MONICION
Jesús está vivo en la Hostia consagrada y en esta momento Santo nos está esperando para que lo visitemos y dialoguemos con El porque nos ama.
Por eso Jesús se quedó en forma de un pedacito de pan para decirnos que El es nuestro alimento verdadero, el único que puede hacernos crecer en la vida de hijos de Dios y darnos fuerzas para amar. Pongámonos en la presencia de Jesús y cantemos
CANTO
EXPOSICION
ORACION Y PETICION. CATEQUISTA:
Aquí estamos reunidos ante ti, porque queremos decirte que tú eres el centro de nuestra casa y vida. Queremos que tengas con nosotros una familia en donde encuentres amor a Dios, a Papá Dios, según tú lo llamabas y …ver más…
Habría podido destinarte a grandes cosas; pero no, serías el siervo inútil. Te quitaré hasta lo poco que tienes porque te he creado sólo para el amor. Hoy estoy ante la puerta de tu corazón como un mendigo, ¡Yo, rey de reyes, llamo y espero, apresúrate a abrirme! No alegues tu miseria; si conocieras totalmente tu indigencia, morirías de dolor. Lo que heriría mi corazón sería verte dudar de mí y que no me tuvieras confianza.
Quiero que pienses en mi cada hora del día y de la noche; quiero que hagas la acción más insignificante sólo por amor. Cuento contigo para darme alegría.
No te preocupes por no poseer virtudes; te daré las mías. Cuando tengas que sufrir, te daré fortaleza. Me has dado tu amor, te daré el saber amar más allá de cuanto puedas soñar; pero recuerda... ámame como eres. Te he dado a mi Madre, haz pasar todo por su corazón purísimo, cualquier cosa que suceda. No esperes a ser santo para abandonarte al amor o no me amarías nunca.
Canto: Abandónate a mí.
3. Jesús es el Señor.
La vida del hombre sobre la tierra es dolorosa. Nadie es plenamente feliz. Nadie obtiene lo que desea. Nadie es perfecto. Nuestras limitaciones nos hacen sufrir. Nuestras enfermedades nos hacen sufrir. Nuestros semejantes, incluso nuestros seres queridos, nos hacen sufrir.
Vivimos en un mundo de miedo, en el que la violencia esta a la orden del día. Vivimos en un mundo de pecado, en el que ya no se