cordero asado
Constatamos la presencia del humor negro cuando el narrador dice: “…lo gracioso fue que él quedó tambaleándose unos segundos antes de caer…” y de la ironía en el momento en el la mujer se encuentra “…apretando entre sus dedos el ridículo pedazo de carne que había empleado para matarle.” Existe un momento desde el cual el cuento se empieza a focalizar desde el punto de vista del narrador, y este es precisamente cuando dice: “Bien-se dijo a sí misma-, ya lo has matado”. Para Mary el castigo que recibiría sería un “descanso”, pero ¿qué sucedería con su hijo? (comienzan a utilizarse preguntas retóricas), ella no lo sabía y no estaba dispuesta a arriesgarse. Luego de planificar y practicar un poco su actuación se dirige a lo de Sam, quien le servirá como coartada cuando los policías lo interrogan. Parece haber una relación cercana entre Mary y Sam, hasta tal punto que él le sugiere el postre que le gustaría a su Patrick y ella lo acepta agradablemente. Era todo tan natural que Mary no necesitaba ni siquiera fingir, ella estaba muy convencida de que nada había pasado, y lloró amargamente al encontrar a su esposo tendido en el suelo sin vida. Los policías que llegaron en instantes eran conocidos de la señora Maloney, y además de que nunca sospecharon de ella porque sabían cómo cuidaba y amaba a su esposo, menos comenzaron a sospechar de ella cuando revisaron el