aveces quisiera ser un tigre
A veces quisiera ser un perrito. Mi amo me llevaría a sus juegos de vaqueros con sus amigos. Estaríamos entonces en el Lejano Oeste, en la pradera, y cuando hicieran consejo de guerra me sentaría con ellos y pondría atención. Mi amito estiraría su mano para ver si yo aún estaba ahí, por que sin mi tendría miedo en la oscuridad. Aun cuando fuera un vaquero.
A veces quisiera esta enfermo. Me quedaría todo el día en la cama, y mi oso de peluche estaría conmigo. A toda hora recibiría las visitas que me trajeran golosinas. En las botellas de medicamentos, habría limonada. Y mi mamá traería libros y me los leería. Cuando me preguntara: “¿Cuánto tiempo más vas a estar enfermo?” Yole diría: “No sé creo que …ver más…
Le regalaría al comisario un reloj de plástico como recuerdo. El comisario se alegraría y me diría que nunca había visto un ladrón como yo.
A veces quisiera ser un tigre. Mi hermanito Simón podría cabalgar sobre mí cuando quisiera. Cuando a Simón le diera miedo en la noche, yo me pasaría a su cama y lo protegería. Él se pegaría contra mí y yo le contaría una historia sobre la selva.
A veces quisiera ser un sultán. Con mi alfombra mágica volaría sobre el Oriente. Como mi alfombra sería mágica, si yo escupiera tres veces a tierra, daría una voltereta y todo quedaría patas arriba. Yo estaría sobre las nubes y la ciudad estaría encima. Tendría que tener cuidado de no volar cerca a las torres, pues me podrían tumbar mi turbante.
A veces quisiera ser un muñeco de nieve. Me sentaría en el sofá de mi tía Hilda y empanzaría a derretirme. Tía Hilda encontraría horribles manchas sobre el sofá, y se desmayaría. Yo trataría de gritar: “!Pero, tía, los muñecos de nieve no producen manchas!”, pero eso no sería posible porque yo ya me hubiera derretido.
A veces quisiera ser una nube. Me sentiría ligero como una pluma, y el viento me llevaría por todas partes. Podría asumir todas las formas y figuras posibles, pero preferiría flotar en el cielo en forma de una gallina. Cuando tuviera ganas de divertirme, dejaría que granice o que llueva. “¡Tan curioso!”, exclamaría sorprendida la gente, “¡arriba llueve desde una