Internet De Las Cosas
Para ser más precisos, las cosas no se convierten en computadoras, pero pueden caracterizarse como computadores pequeños. Cuando así lo hacen, a menudo son llamados cosas inteligentes, porque pueden actuar en forma más inteligente que las cosas que no han sido etiquetadas. Por supuesto, uno podría preguntarse si realmente las cosas tendrían que caracterizarse como computadoras para ser inteligente. Por ejemplo, un bien de consumo podría ser considerado ya inteligente cuando está etiquetado con un código visual, como un código de barras. O cuando ese bien está equipado con un indicador de tiempo-temperatura que un teléfono móvil, por ejemplo, puede utilizar para obtener y comunicar el estado del producto en su calidad; la huella de carbono dinámica; su efecto en los diabéticos, o el origen. Ciertamente hay un límite, que se está borrando, entre las cosas inteligentes que pueden de forma autónoma derivar y transformar a los diferentes estados y comunicar estos estados a la perfección a su entorno, y las cosas inteligentes que sólo tienen un estatus único y que no son muy activas en la comunicación (Meyer et al., 2009). Por razones pragmáticas, sin embargo, me centraré en este trabajo sobre cosas que son inteligentes, que cuentan con equipos pequeños más baratos. La idea IOT no es nueva. Sin embargo, sólo recientemente llegó a ser relevante para el mundo práctico, principalmente a causa