Trabajo
Determinado el visorrey de ejecutar su sentencia, mandó hacer un tablado muy solemne en la plaza Mayor de aquella ciudad, y que se ejecutase la muerte de aquel príncipe, porque así convenía a la seguridad y quietud de aquel imperio. Admiró la nueva desto a toda la ciudad, y así procuraron los caballeros y religiosos graves de juntarse todos y pedir al visorrey no se hiciese cosa tan fuera de piedad, que la obominaría todo el mundo dondequiera que se supiese, y que su mismo rey se enfadaría dello. Que se contentase con enviarlo a España en perpetuo destierro, que era más largo tormento y más penoso que matarlo brevemente. Estas cosas y otras platicaban los de aquella ciudad, determinados de …ver más…
Notaron con espanto la obediencia que los indios tenían a sus príncipes, que aun en aquel paso la mostrasen como todos los vieron. Luego cortaron la cabeza al Inca; el cual recibió aquella pena y tormento con el valor y grandeza de ánimo que los Incas y todos los indios nobles suelen recibir cualquiera inhumanidad y crueldad que les hagan; como se habrán visto algunas en nuestra historia de la Florida, y en ésta y otras en las guerras que en Chile han tenido y tienen los indios araucos con los españoles, según lo han escrito en verso los autores de aquellos hechos, sin otros muchos que se hicieron en México y en el Perú por españoles muy calificados, que yo conocí algunos dellos; pero dejámoslos de decir por no haber odiosa nuestra historia.
Demás del buen ánimo con que recibió la muerte aquel pobre príncipe (antes rico y dichoso, pues murió cristiano), dejó lastimados los religiosos que le ayudaron a llevar su tormento, que fueron los de San Francisco, Nuestra Señora de las Mercedes, de Santo Domingo y San Agustín, sin otros muchos sacerdotes clérigos; los cuales todos, de lástima de tal muerte en un príncipe tal y tan grande, lloraron tiernamente y dijeron muchas misas por su ánima. Y se consolaron con la magnanimidad que en aquel paso mostró, y tuvieron que contar de su paciencia y actos que hacía de buen cristiano, adorando las imágines de Cristo Nuestro Señor y de la Virgen su Madre, que los sacerdotes le llevaban delante.