Theodor Adorno
Si la conducta en el tiempo libre es realmente autónoma, determinada desde sí como hombres libres no debería existir, es difícil bajo estas circunstancias que se genere el hastío. Si los hombres pudieran disponer de sí mismos y de sus vidas, si no estuvieran ligados a la rutina, entonces no deberían aburrirse. Estrechamente relacionado con el hastío, se encuentra el sentimiento de impotencia, ya sea justificado o neurótico, hastío es desesperación objetiva, pero, a su vez, la expresión de deformaciones que se infringen a los hombres a través de la constitución global de la sociedad. La más importante es la difamación de la fantasía y su atrofia consiguiente. El que se quiera adaptar se tiene que alejar cada vez más de la fantasía. Una vez que la fantasía es incapacitada, inculcado esto por la sociedad, nos deja desamparados en el tiempo libre. ¿Qué puede hacer el pueblo con el mucho tiempo libre de que hoy dispone? Esta pregunta, desvergonzada, como si el tiempo libre fuera un beneficio, una limosna y no un derecho humano, se funda en el mismo principio.
El hecho de que los hombres puedan hacer tan poco en sus horas libres se explica porque es retaceado en vez de que sea grato el estado de libertad. Es tanto lo que se les ha negado que ya no son capaces de disfrutarlo.
Sería insensato exigir que los hombres en su tiempo libre realicen actividades productivas, ya que se ha exterminado en ellos la capacidad de producir, producir