Resumen Pagola
10,10) En una sociedad teocrática, todo se ve desde Dios. Dios está en el origen de la salud y de la enfermedad, es el señor de la vida y de la muerte. Los enfermos se sienten abandonados de Dios. Los enfermos eran excluidos en mayor o menor grado de la convivencia religiosa y social. “El hecho es históricamente innegable: Jesús fue considerado por sus contemporáneos como un curador y exorcista de gran prestigio.” Las curaciones que hace forman parte de su proclamación del reino de Dios. 5 Jesús “cura porque está habitado por el Espíritu y la fuerza sanadora de Dios”, que le impele a tener un amor compasivo con todos los que sufren. Jesús cura gratuitamente como un don que viene de Dios. Y cura integralmente y lo restituye a la sociedad, liberándolos de toda exclusión. Jesús, “lleno del Espíritu de Dios, se acercaba también a los poseídos y los libraba de los espíritus malignos.” Fue un exorcista de prestigio extraordinario. Los exegetas ven en la posesión diabólica casos de epilepsia, histeria, esquizofrenia… La fuerza de Jesús “está en sí mismo. Basta su presencia y el poder de su palabra para imponerse.” Liberando a los demonios, Jesús está buscando una nueva sociedad. Expulsa los demonios con “el dedo de Dios” y son señal de que ha “llegado el reino de Dios”. La preocupación primera de Jesús no es liberar al pecador como el Bautista, sino liberar el sufrimiento de los más desgraciados. Para Jesús “el pecado más grave y que mayor resistencia ofrece al