Ranqueles, pampas y comechingones
Se define este libro como una perfecta animación a la lectura realizada a través de argumentos poco corrientes. No creo que sea así, pero el caso es que uno sale de “Como una novela” satisfecho, como después de reunirse con unos amigos y charlar de aficiones comunes, sin actitudes ni poses.
Pennac, todo hay que decirlo, no es rimbombante; aborda el problema con simplicidad y directamente, sin andarse con rodeos. El único problema que le encuentro es, quizá, la irrealidad que transpira. Digo esto porque el escritor propone la enseñanza de la literatura a través de la literatura misma, con lecturas, sin caer en la tentación de los comentarios, las exégesis y las reseñas. Lo cual, para qué engañarnos, es hermoso, pero poco