¿Para qué son los negocios?

¿Será posible que los capitalistas lleguen a echar abajo el capitalismo? Esta pregunta surgió a medida que se acumulaban los escándalos contables en algunas grandes empresas estadounidenses. La conclusión es que no, que unas pocas manzanas podridas no lograrían contaminar al resto.
Si la gente común y corriente encuentra otros lugares donde poner su dinero, los mercados quedarían vacíos y los precios de las acciones se derrumbarían. Se habrá socavado la gran virtud del capitalismo, que consiste en permitir que el ahorro de la gente se use para generar riqueza; si sucediera algo así, tendríamos que confiar cada vez más en el gobierno para la creación de riqueza, algo que ha hecho notoriamente mal.
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Es posible que el nivel de endeudamiento de los consumidores sea insostenible, junto con las deudas que el país tiene con extranjeros; a esto hay que añadirle la erosión de la confianza en los balances y en los directorios de algunas de las corporaciones más grandes de EU. Todo esto hace que comience a parecer cuestionable todo el sistema de canalizar los ahorros de los ciudadanos hacia inversiones productivas.
Ayudaría mucho que se aprobara una regulación mejor y más estricta, así como se separaran de manera más clara las labores de auditoría y consultoría. ¿A quiénes y para qué sirven las empresas?
Es cierto que si la dirección ejecutiva no consigue cumplir con sus expectativas financieras, el precio de la acción caerá, exponiendo a la empresa a predadores no deseados y dificultando sus posibilidades de encontrar nuevo financiamiento.
El propósito de un negocio no es obtener utilidades y punto, sino lograr utilidades para que el negocio pueda hacer algo más o mejor, ese “algo” es lo que verdaderamente justifica al negocio. Las sospechas que despierta el capitalismo están ancladas en la sensación de que sus instrumentos, las corporaciones, son inmortales, por que no tienen más propósito que satisfacerse a sí mismos.
La empresa es una propiedad, sujeta a las leyes de propiedad, Esto tuvo su razón de ser hace dos siglos, cuando surgió el derecho corporativo y una empresa se constituía a partir de un conjunto de