Introducción.
Los españoles al llevar a cabo la conquista de México quisieron dar una a apariencia de legalidad a la invasión de las tierras conquistadas, por ello justificaron jurídicamente la posesión de las mismas, de este modo la propiedad de las tierras conquistadas pasaban a ser de la Corona Española ya que no podían ser de orden privado de los reyes sino por su naturaleza misma estaban dentro del derecho público.
Así en un primer momento la propiedad era colectiva, pues pertenecía al Estado, sobre todo al soberano, todos los inmuebles dentro del territorio, éstas propiedades eran entregadas a los súbditos para que éstos lo usen y lo gocen, sin embargo, nunca les era entregada la propiedad de dichos bienes inmuebles.
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Pero en contra de las leyes y las Instrucciones “la costumbre de repartir los indios entre los españoles colonizadores para que pudieran beneficiarse con su trabajo, fue establecida de manera violenta, contrariando los preceptos legales, pero logró al cabo prevalecer y generalizarse, después de un largo proceso de contradictorias vacilaciones por parte de los monarcas, que tuvieron eco acusado en la primera legislación.
Con la Ley de sucesión el 26 de mayo de 1526, se crearon las encomiendas.
Fray Bartolomé de las Casas (Religioso español, defensor de los derechos de los indígenas en los inicios de la colonización de América) tomó la defensa del aborigen y expuso sus famosos 20 argumentos a consecuencia de los cuales en 1542 se dictaron las Leyes Nuevas en las cuales se intento suprimir la encomienda sustituyéndola por el sistema de empadronamiento, tasación y tributación general de los indígenas a favor de la corona y se ordenó “que los españoles no tengan mano, ni entrada en los indios, ni poder, ni mando alguno, ni hayan mas de gozar de su tributo conforme a la Orden que el Audiencia o Gobernador dieren para la cobranza de él.
Los colonos enviaron a dos procuradores para que pidieran y obtuvieran la revocación de las Leyes Nuevas y el 20 de octubre de 1545 se revoco el capítulo XXX que derogaba la encomienda. La encomienda continuo vigente, aunque se admitía que el indio