Personalidad Niños De 10 a 12 Años
10-12 años, lo propio de la edad
El hecho de que por lo general se porte mejor fuera de casa no debe extrañar a los padres. Puede y debe verse como algo positivo: cuando quiere, sabe comportarse bien. Es una actitud bastante común en esta edad.
Si existen dos actitudes morales que nuestro tiempo necesita con urgencia son el autocontrol y el altruismo.
Daniel Goleman
Rasgos de su carácter
Todo lo que digamos sobre las características generales de un chico de diez o doce años serán..., eso, generalidades. Pero es útil pararse a analizarlas, introducirse en la profundidad y riqueza de su carácter, lograr sintonizar con la frecuencia de su efervescente personalidad, porque es algo clave para …ver más…
Con el tiempo aprenderá a poner equilibrio en esos impulsos. No es malicia premeditada ni simple obstinación, es parte de esa crisis de consolidación de su carácter. Otras veces le gusta establecer cordiales intercambios de opiniones, casi siempre fuera de casa, y le encanta profundizar en el conocimiento de todo.
A esta edad empieza ya a ver a los adultos con otros ojos, de menor admiración y mayor sentido crítico. Censura su comportamiento y sus palabras. No es que disminuya su cariño, pero hay quizá un exceso de suspicacia para encontrar defectos, cierto ánimo discutidor, cierta inclinación a insultar, a gritar, o a contestar de forma insolente. Pese a ello, el chico sigue conservando un fuerte sentimiento de lealtad y apego hacia su hogar. Su turbulencia no proviene de un antagonismo con la vida familiar.
Habitualmente procura decir la verdad, pero si se le hace demasiado difícil puede acostumbrarse a mentir. Está en una etapa importante para consolidar su educación en la veracidad y necesita apoyo. Resultará negativo que una excesiva severidad le dificulte ser sincero.
En contraste con lo que sucede a las chicas de la misma edad, normalmente, a los diez u once años el interés del varón por el sexo opuesto aún es bajo, y puede incluso afirmar que las niñas no le importan, o que son cursis y aburridas. Es fácil, por ejemplo, verles jugar en el colegio o en la urbanización en grupos separados de chicos y de chicas.
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