Monografia de cementos selva
Novela donde se une lo imaginario con lo real
MAURICE SERRAL Y MAX SAVINGNY
Es preciso retroceder más de un milenio para que la idea de dar muerte al Papa pueda tener alguna verosimilitud. El año 1897 encontramos a un Esteban VI, que muere estrangulado. Sin embargo, en los últimos lustros, la humanidad ha estado pasando por experiencias violentas que rebasan las fronteras de lo ordinario y violan lo que siempre se había visto como su código más sagrado. Hechos concretos, como secuestros de personas y vehículos, asesinatos en las más altas esferas y otros parecidos, han suministrado a los autores de Muerte en el Vaticano material real para presentar, en forma de novela, pero muy en consonancia …ver más…
Al que los creyentes llaman Santo Padre. El crimen al que se había comprometido, se le aparecía ahora en toda su enormidad y empezaba a darse cuenta de que no sería capaz de cumplir la parte que se le había encomendado. La peor parte, la más directa, la más mortífera. Toda la noche pasó dando vueltas a estos pensamientos, mientras buscaba un pretexto que le permitiera desligarse del monstruoso delito. Era muy avanzada la noche cuando por fin sus dudas se desvanecieron, cesó su lucha interior y lo invadió una extraña tranquilidad. Había tomado una resolución. Cerró cuidadosamente la puerta del destartalado garaje de la Vía Petrella, encendió un cigarro y se sentó dentro del coche robado a esperar que amaneciera. El hermano Ettore despertó sobresaltado. Tenía la sensación angustiosa de que algo siniestro e impreciso había roto el orden natural de las cosas. Algo no encajaba en el marco habitual de su vida cotidiana ni en el ordenamiento severo de la rutina vaticana. ¿Qué era? Atontado, recorrió con la vista la humilde habitación que casi parecía una celda. Una celda como la que ocupaba en el ruinoso convento de su pueblo natal en la Lombardia, cuando todavía no soñaba que un día tendría el honor de ser sirviente del Papa. Había pasado una noche atormentado por extraños sueños que ya empezaban a desvanecerse. Recordaba, confusamente, lamentos que resonaban, lúgubres, por los viejos corredores vaticanos. Monjes que