Modelo del impulso hipotalamico
Pues, entonces, será mejor hacer tu testamento, viejo-dijo bromeando Jesús.
No te rías de mí. Estoy nervioso. Hace días que no duermo tranquilo-contesto con amargura, Rodolfo.
Si los sueños se hicieran realidad. Hace rato me hubiera ganado la lotería, viejo. No lo tomes tan en serio, relájate- lo aconsejó Jesús.
Quizás tengas razón. Necesito distraerme. ¡Vamos a tomarnos unas cheves! – dijo Rodolfo y, tocando el hombro de su amigo, comenzó a caminar hacia el “hueco” de siempre: un bar oculto atrás de una tienda. Entraron y se sentaron sobre dos cajas de cerveza. El joven que hacía las veces de mesero se les acercó y le pidieron un six, para