Mitos Y Leyendas De Mexico
La Yusca
Unos dicen que era una mujer que se volvió bruja, y otros dicen que no, que es bruja, pero que también se aparece como mujer. Pero aquí la vemos siempre en forma de señora con rebozo. Dicen que un día, al principio, como era bruja, tenía que hacer unos trabajos volando; entonces se quito los ojos y los escondió en un agujerito que hay en la pared de afuera de la iglesia. Y ella se puso unos ojos de tenamaste, pata poder ver bien en la noche. Y cuando volvió de su trabajo, ya no encontró sus ojos y se quedo con esos que son como ojos de gato. Y por eso, de día anda por ahí sin poder ver nada: camina con un bordón y nomas anda tanteando el camino; pero en las noches camina rete bien. Y siempre va con una canastita para …ver más…
Pasaron los años y la gente ya se había olvidado de esa persona, y fue en una noche igual a la que desapareció, que se escuchó nuevamente la cabalgata de aquel caballo. Por la curiosidad muchas personas se asomaron, y vieron un jinete cabalgar por las calles, fue cuando un relámpago cayó e iluminó al jinete y lo que vieron fue que ese jinete no tenia cabeza. La gente horrorizada se metió a sus casas y no se explicaban lo que habían visto...
La leyenda del sol y la luna
Antes de que hubiera día en el mundo, se reunieron los dioses en Teotihuacan.
-¿Quién alumbrará al mundo?- preguntaron.
Un dios arrogante que se llamaba Tecuciztécatl, dijo:
-Yo me encargaré de alumbrar al mundo.
Después los dioses preguntaron:
-¿Y quién más? -Se miraron unos a otros, y ninguno se atrevía a ofrecerse para aquel oficio.
-Sé tú el otro que alumbre -le dijeron a Nanahuatzin, que era un dios feo, humilde y callado. y él obedeció de buena voluntad.
Luego los dos comenzaron a hacer penitencia para llegar puros al sacrificio. Después de cuatro días, los dioses se reunieron alrededor del fuego.
Iban a presenciar el sacrificio de Tecuciztécatl y Nanahuatzin. entonces dijeron:
-¡Ea pues, Tecuciztécatl! ¡Entra tú en el fuego! y Él hizo el intento de echarse, pero le dio miedo y no se atrevió.
Cuatro veces probó, pero no pudo arrojarse
Luego los dioses dijeron:
-¡Ea pues Nanahuatzin! ¡Ahora prueba tú! -Y este dios,