Logica de predicados
Miguel Cervantes
ENTREMESES
Prólogo al lector
No puedo dejar, lector carísimo, de suplicarte me perdones si vieres que en este prólogo salgo algún tanto de mi acostumbrada modestia. Los días pasados me hallé en una conversación de amigos, donde se trató de comedias y de las cosas a ellas concernientes, y de tal mane ra las sutilizaron y atildaron que, a mi parecer, vinieron a quedar en punto de toda perfección. Trató se también de quién fue el primero que en
España las sacó de mantillas y las puso en toldo y vistió de gala y apariencia; yo, como el más viejo que allí estaba, dije que me acordaba de haber visto representar al gran Lope de
Rueda, varón insigne en la representación y en el entendimiento. Fue natural …ver más…
Avasalló y puso debajo de su jurisdicción a todos los farsantes; llenó el mundo de comedias propias, felices y bien razonadas, y tantas que pasan de diez mil pliegos los que tiene escritos, y todas, que es una de las mayores cosas que puede decirse, las ha visto representar u oído decir por lo menos que se han representado; y si algunos, que hay muchos, no han querido entrar a la parte y gloria de sus trabajos, todos juntos no llegan en lo que han escrito a la mitad de lo que él solo.
Pero no por esto, pues no lo concede Dios todo a todos, dejen de tener en precio los trabajos del doctor Ramón, que fueron los más después del gran Lope; estímense las trazas artificiosas en todo extremo del lincenciado Miguel Sá nchez; la gravedad del doctor Mira de Amescua, honra singular de nuestra nación; la discreción e innumera bles conceptos del canónigo Tárraga; la suavidad y dulzura de don Guillén de Castro; la agudeza de Aguilar; el rumbo, el tropel, el boato, la grandeza de las comedias de Luis
Vélez de Guevara, y las que ahora están en jerga del agudo ingenio de don Antonio de
Galarza, y las que prometen Las fullerías de amor, de Gaspar de Avila: que todos estos y otros algunos han ayudado a llevar esta gran máquina al gran Lope.
Algunos años ha que volví yo a mi antigua ociosidad, y pensando que aún duraban los siglos donde corrían mis alabanzas, volví a componer algunas comedias;