Literatura 1
Pase usted caballero, a aquí hay todo lo que usted pueda necesitar. Tome usted asiento si quiere... Mil gracias.
(1)El vendedor era el señor Samuel. Un rico comerciante y dueño de una gran joyería situada en una de las principales calles de México, (2) pero en ello tanto podían encontrarse collares y pulseras, pendientes, alfileres, brillantes, perlas y esmeraldas. Como lujosos muebles y objetos de arte, de esos que constituyen, la floración del gusto. El otro interlocutor era un joven pálido, alto, delgado, mirada triste, …ver más…
¡Ho no!, señor, yo no lo vendo. Pero lo paga muy bien le daré a usted 300 duros ¡va ¡Si esas son exageraciones pero, para que vea usted que quiero favorecerle, le daré 600, no señor de ninguna manera 700.
Mire usted estoy pobre tengo que sostener a mi madre que está enferma y cubrir otras necesidades, si usted me diera 800 duros se lo dejara.
(4) pero en el acto; y lo abría de quitar usted de aquí; Porque es para mí arrancarme un pedazo de corazón. Don Samuel hizo el cálculo 800 me cuesta: en 1000 se lo doy al caballero que debe de venir esta tarde, y me ofreció además un corretaje de 50; gano 250 de una mano a otra. Y continuó diciendo en voz alta: bien joven; para que vea que tengo empeño en servir aquí están los 800 pesos.
ANEXO NOS HAN DADO EN LA TIERRA
3.2 Después de tantas horas de caminar sin encontrar ninguna sombra de árbol, ni una semilla de árbol, y una raíz de nada ni al ladrar de los perros.
Uno a creído a veces, en medio de este camino sin orillas que nada abría después; que no se podría encontrar nada al otro lado, al final de esta llanura rajada de grietas y arroyos secos. Pero si hay algo hay un pueblo se oye que ladran los perros se siente el aire de olor