Lepidopteros y arboles
He tenido el sueño recurrente de una carretera en medio del bosque.
Caminando un santuario de mariposas, entre un túnel de árboles que separados por una vía de asfalto decidieron crecer sus ramas hasta alcanzarse, hasta frotar sus frondas en una caricia.
Dicen que los antiguos marinos salían a mar abierto a casar a las sirenas para almacenarlas en toneles de vino; que a los unicornios ocupaban para el arduo trabajo del arado hasta que famélicos morían por el golpe de algún látigo; que las hadas eran preciadas por coleccionistas de insectos, que orgullosamente exponían mutiladas en lepidotecas.
Entonces los animales fantásticos dejaron de ser reales para borrarnos de la memoria el …ver más…
Indio. Marrano. Vestida. Machorra. Tullido. Ceguetas. Mongol. Sidoso. Negra. Puto.
Y olvidamos, por ocupar solamente la gramática, que tú y yo en plural somos ellos. Somos nosotros IV.
Debería sólo fluir la sangre, y no manar más fuera de nuestros cuerpos.
Regalarle la voz a los que han muerto doblemente:
Con la pesada lápida de nuestra indiferencia o con nuestra propia mano.
Deberíamos aprender de los árboles, pensar como los árboles.
Porque, indudablemente, siempre acabamos por matar. V.
He tenido el sueño recurrente de una carretera en medio del bosque.
Caminando un santuario de mariposas, entre un túnel de árboles que separados por una vía de asfalto decidieron crecer sus ramas hasta alcanzarse, hasta frotar sus frondas en una caricia.
Los lepidópteros son esos insectos con alas coloridas que llamamos mariposas, de la misma especie que las polillas, nocturnas mariposas de colores apagados.
Intenten callar como siempre, regalen de nuevo su silencio a los muertos. VI.
Yo era como las polillas, me cuestionaba siempre porque tenía el color de un madero seco y muerto, y no el color vivo de ellas, de las flores en los jardines. Y como polilla intenté acabar con todas las mariposas.
Pero al final, siempre al final me he quedaba con esta misma forma, buscando la luz en las bombillas,