Las invitadas silvina ocampo
Para las vacaciones de invierno, los padres de Lucio habían planeado unviaje al Brasil. Querían mostrar a Lucio el Corcovado, el Pan de Azúcar, Tiyuca yadmirar de nuevo los paisajes a través de los ojos del niño.Lucio enfermó de rubéola: esto no era grave, pero "con esa cara y brazosde sémola", como decía su madre, no podía viajar.Resolvieron dejarlo a cargo de una antigua criada, muy buena. Antes departir recomendaron a la mujer que para el cumpleaños del niño, que era enesos días, comprara una torta con velas, aunque no fueran a compartirla susamiguitos, que no asistirían a la fiesta por el inevitable miedo al contagio.Con alegría, Lucio se despidió de sus padres: pensaba que esa despedidalo acercaba al día del cumpleaños, …ver más…
En un diminuto paquete, que ella misma desenvolvió, puesno podía soportar la lentitud con que Lucio lo desenvolvería, había dos muñecostoscos imantados que se besaban irresistiblemente en la boca, estirando loscuellos, cuando estaban a determinada distancia el uno del otro. Durante unlargo rato, la niña mostró a Lucio cómo había que manejar los muñecos, paraque las posturas fueran más perfectas o más raras. Dentro del mismo paquetitohabía también una perdiz que silbaba y un cocodrilo verde. Los regalos o elencanto de la niña cautivaron totalmente la atención de Lucio, que desatendió alresto de la comitiva, para esconderse en un rincón de la casa con ellos.Irma, que tenía los puños, los labios apretados, la falda rota y las rodillasarañadas, enfurecida por el recibimiento de Lucio, por su deferencia por losregalos y por la niña exuberante que susurraba en los rincones, golpeó a Lucioen la cara con una energía digna de un varón, y no contenta con eso rompió apuntapiés la perdiz y el cocodrilo, que quedaron en el suelo, mientras las madresde las niñas, unas hipócritas, según lo afirmó la criada, lamentaban el desastreocurrido en un día tan importante.La criada encendió las velas de la torta y corrió las cortinas para querelucieran las luces misteriosas de las llamas. Un breve silencio animó el rito.Pero Lucio no cortó la torta ni apagó las velas como