La sombra del caudillo. análisis crítico.
“Oír la voz de Dios”
En el mundo de hoy se hace más imprescindible estar atento a la voz de Dios. Se está viendo un aumento de la falta de fe, la incredulidad y la apostasía dentro de las diferentes comunidades cristianas, a esto se agrega, la legalización del divorcio, el aborto, el apoyo de los aparatos estatales a favor de la fornicación y las relaciones ilícitas; el intento de legislar sobre la homosexualidad por sectores anticristianos, la paradoja es que siempre estos grupos han recibido el apoyo mayoritario de los votantes evangélicos. Nuestra sociedad está en crisis crónica, una de las evidencias, es que nuestros legisladores están más preocupados de los temas mediáticos enunciados que …ver más…
La Biblia dice que quien no comprende lo que Dios dice, "tiene el oído incircunciso". La anarquía valoríca, aun la encontramos dentro de las diferentes comunidades cristiana e instalada en los que ministran en la casa del Altísimo. La voz de Dios se encuentra relegada por los intereses personales, lo que produce confusión. Se han desvirtuado los principios bíblicos por el modernismo, y se está obstaculizando el servicio a Dios por el servir al hombre. El sacar ventaja de las circunstancias, someter y sojuzgar a los pares prima ante de ministrar con fidelidad, parece ser la carta magna de los se aprovechan de esta ola antivalorica que ha penetrado a las diversas comunidades. El liberalismo, el personalismo, el nepotismo, la ambición de poder, el autoritarismo tipo Diotrefes, el amor al dinero y la falta de ética
cristiana están destruyendo las bases de la Iglesia de Cristo; lo que ha traído como consecuencia el desprestigio y la falta de credibilidad de la voz de la Iglesia ante los diferentes representantes sociales, mostrando la incapacidad de mantener o promover sus valores esenciales. Ante tales circunstancias ¿Cuál es la voz de Dios para estos tiempos?, la Palabra de Dios nos enseña que este tipo de personas “Tienen tapados los oídos, y no pueden escuchar; se burlan de palabra de Dios, no les agrada. Todos, grandes y pequeños, piensan