La conciencia moral
I. Introducción.
1. Importancia del Tema.
La reflexión moral tiene sentido en la medida que nos muestra como ser verdaderamente hombres. Para que alguien llegue a ser “verdaderamente hombre” su acción debe responder a la verdad de la “naturaleza” humana; tiene que obrar de una determinada manera. El conjunto de las acciones nos permitirán calificar al hombre que actúa; pero, no debemos olvidar que el conjunto está formado por acciones singulares, concretas.
«Els actes morals són sempre decisions singulars en situacions concretes i irrepetibles[1]» Son, como es obvio, decisiones del individuo concreto.
Vidal al hablar de conciencia moral utiliza la expresión: mediación subjetiva de la moralidad[2]. El mismo …ver más…
Sus características se manifiestas como algo espontáneo, objetivizado y colectivo.
En culturas más evolucionadas aparece la alusión a alguna realidad interior como el «corazón». Así los egipcios, hay un término paralelo entre los asirios y babilónicos. La expresión «corazón» como realidad espiritual y ética interior adquiere cada vez más importancia entre los semitas, musulmanes, budistas e hinduistas.
2. La aportación de griegos y romanos.
Aquí el tema de la conciencia va ser expresado como una realidad personal, subjetiva y refleja; cada hombre individual es moralmente responsable. Los griegos elaboran el término y continúan su profundización los romanos (especialmente Cicerón y Séneca).
El término syneidesis – conscientia significa «saber con otro», es decir, ser testigo, confidente, cómplice de alguna cosa. A partir de aquí pasa a significar el conocimiento reflexivo sobre uno mismo, y el conocimiento moral.
A nivel ético el helenismo subrayará más bien la mala conciencia, como acusadora de los actos malos. El pensamiento romano habla de «ley no escrita sino vivida» (Cicerón) y del «sagrado espíritu que en nosotros vigila sobre el bien y el mal» (Séneca).
Los autores reconocen la contribución extraordinaria del pensamiento greco-romano sobre la conciencia, pero señalan que se ha quedado más bien en lo que hoy se entiende por conciencia «consecuente», sin formular la dimensión más global del hombre como responsable y libre agente de su