La Etica
Primer principio: No hay principios absolutos
Este principio es la victoria del relativismo, donde todo está en constante cambio, aquí nadie puede imponer unos principios éticos, debido a que son sus principios y solamente se puede pactar unos mínimos, unas reglas de juego sometidas a continua revisión. Para una ética borrosa los principios absolutos tienen límites y por lo tanto nos limitan de una manera absoluta; aquí la libertad ha perdido su sentido y ha quedado reducida a simple disponibilidad, así ya no se tiene que rendir cuentas a nadie, ni siquiera ante uno mismo. La renuncia a aceptar principios absolutos es consecuencia de haber suscrito la negación del concepto de naturaleza …ver más…
Las consideraciones morales son consideradas como obstáculos para el progreso porque son un freno, un estorbo, una barrera impuesta por una actitud obsoleta, purista y reaccionaria. Así lo que más importa es ampliar los derechos y reducir los deberes, mirar siempre hacia adelante y nunca hacia atrás.
Cuarto principio: La legalidad suplanta a la moralidad
Aquí lo único que cuenta son las leyes, por el hecho de ser las únicas que marcan lo que ésta bien o lo que ésta mal, así el ciudadano no carga con el peso de la conciencia y no teme a un Dios que premia lo bueno y castiga lo malo, solo debe dejarse llevar de la mano del Estado. Dentro del esquema de la legalidad todo está permitido incluso lo ilegal, siempre y cuando no sea denunciado, porque la ética borrosa tiene como elemento principal la invisibilidad. Pero como la legalidad es el único criterio para juzgar nuestro obrar, se convierte a la vez en una cruz porque siempre se recurre a las leyes, cayendo en una inmadurez debido a que siempre estamos echando la culpa de nuestras acciones a otros, y así la sociedad siempre está obligada a ir degradando leyes cada vez más concretas que regulen todos los aspectos de la vida de los ciudadanos.
Quinto principio: Toda autoridad atenta contra la libertad
La ética borrosa acepta como única autoridad la ley pero a regañadientes, dejando de lado el principio rousseauniano según el cual obedecer a las leyes equivale obedecerse así mismo. Si la ley es propuesta por