Juventud Perforada - Enrique Serna
904 palabras
4 páginas
Juventud PerforadaEnrique Serna
Mariana es una quinceañera rebelde que se junta con una pandilla de darkies. Sus padres son amigos míos y cometieron el error de regañar a la niña por rendirle culto a la muerte. "Nosotros a su edad éramos hippies, creíamos en el amor y la paz", se quejan, "pero esta idiota y sus amigos ni siquiera tienen ideales: toda su rebeldía consiste en invocar al diablo". Imitadora infantil de Mortizia Adams, al principio Mariana sólo llevaba luto riguroso y se pintaba los labios de negro. Con ese atuendo participaba en aquelarres nocturnos donde los miembros de su secta escuchaban death metal, un subgénero macabro del rock pesado. Resentida por los regaños paternos, la orgullosa hija de Lucifer comenzó a …ver más…
Si los hippies escandalizaron a los adultos con su reventón dionisiaco, los punks lo hicieron con el espectáculo del dolor. Su tremendismo tenía justificación, pues eran jóvenes lumpen condenados al desempleo, que no tenían cabida en la sociedad inglesa. Pero como suele ocurrir con los brotes de protesta juvenil, la mercadotecnia se apresuró a convertir la subversión en moda, y ahora las arracadas son un signo prefabricado de rebeldía, tan fraudulento como el cine gore, el rock satánico y otros adefesios mercantiles que explotan la propensión de los adolescentes a sentirse malditos. Quien sintonice la cadena MTV a cualquier hora del día notará que el adolescente promedio de Estados Unidos identifica el placer con la maldad. Por más hedonistas y transgresores que aparenten ser, en el fondo los chavos están culpabilizados y ven el sexo como una cosa diabólica. El sustrato puritano de la cultura estadounidense, la incomunicación con los adultos, el terror al sida o una conjunción de todos esos factores han hecho creer a millones de jóvenes que hasta la cópula más venial es una perversión demoniaca. En los videoclips de grupos metaleros, la nota predominante es la combinación de escatología y erotismo, de cuerpos desnudos y asquerosidades, como si la náusea fuera un atributo inseparable del deseo sexual. Ni