JINETES EN EL CIELO
Patuleco el hermano de Graciela la pecosa era el niño con más dinero de su salón pues según él su padre era negociante de barcos en Buenaventura y toda su familia estaba conformada por grandes inventores. En una mañana de clase llevo un lapicero moderno el cual no era necesario echarle tinta por lo tanto se excluía de manchones y tachones. Él era un niño normal como los demás lo único era que no era muy bueno en sus estudios, solo jugaba sin cansarse a los vaqueros y pistoleros, pues su gran sueño era ser un vaquero para así poder encarcelar a los malhechores y poder luchar por el bienestar de los ciudadanos. Pasadas semanas su maestra les dijo
-¨Cada uno tiene su estrella solo hay que saberla encenderla para si cada …ver más…

Pensé entonces que su sueño de llegar a Hollywood para poderse convertir en un vaquero de película había fracasado y que si no lo lograba seria culpa de pierna enferman la cual no le permitía montarse en un caballo sin enredarse, porque los verdaderos pistoleros no sufren de polio, como el, pues no le pusieron a tiempo la vacuna…y sentí ganas de llorar. Esa misma noche mientras todos dormíamos escuche unos ruidos, no sé cómo puede como un fantasma atravesar la puerta de mi alcoba y salir al patio., donde encontré a patuleco montando un corcel vestido como todo un vaquero. Me monto en él y poniéndose manso como un amigo dispuesto a obedecerme. Solo basto en pensar en mi gran sueño que era poder volar como una cometa para que los caballos se elevaran rumbo a Hollywood. A mitad de camino Patuleco grito: - ¡Para!-El y su caballo permanecieron inertes por un instante y luego pregunto: - no sientes un rumor de cascos en tropel? A mí me pareció más bien el ruido de una catarata, pero sin embargó permanecí en silencio. Entonces bajo de su montura y puso atento su oído e exclamo: ¡Es una estampida de bisontes que vienen por este camino! .Saltamos a una roca para evitar la embestida, saque mi rifle y apunte con cuidado, el primer bisonte de la manada rayo sus cuernos en el piso levantando nubes de polvo gris. Apreté el gatillo sin cesar y eco de los disparos rebotaban sin fin. De pronto la llanura se volvió opaca y tembló, el paisaje se estremeció dando