Instructivo Mínimo Para Visitar a Un Presidiario
Las "aduanas" de inspección de visitas por las que debe pasar toda persona en el Reclusorio Preventivo Varonil Norte son múltiples e inevitables; pero se salvan con el pago de los "derechos" correspondientes y de los "servicios" necesarios para hacer más llevadera la estancia.
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Cien pesos, un manoseo velado, los nervios hechos manojo y dos horas de andar de fila en fila son el tributo que el Reclusorio Preventivo Varonil Norte exige para poder ser penetrado.
Todo lo anterior se sobrelleva mejor con dinero en la bolsa. Desde la posición inicial en la fila hasta la posibilidad de evitar la inspección personal, pueden variar según la buena repartición de la moneda. Cada …ver más…
Por unos segundos, puede que usted sienta como si decenas de manos, caras y voces se amontonaran, quizá querrá salir despavorido o, más seguro, tendrá que elegir a uno de estos comensales.
—Voy al comedor dos, con fulanito.
—Claro, pásale… ¡abran paso, pasa visita, abran paso, visita!
El gran patio principal parece un tianguis de colonia popular. Si usted es una mujer más o menos guapa escuchará voces y sentirá miles de miradas sobre su cuerpo, miradas de todo tipo: tristes, feroces, cansadas, morbosas, deprimentes, culpables, inocentes. Un pequeño olor alertará a sus sentidos a la par de que escucha cómo ofrecen algo a lo que le llaman "verde", "blanco"; "verde", "blanco"; "verde", "blanco"; "verde", "blanco"…
Mejor pásese de largo y finja que no escuchó nada, a menos claro está, que usted busque droga como la blanca que es cocaína, la verde que es marihuana, o agua, que son las famosas monas de cemento industrial. Cosas del mercado. Aquí adentro es más barata y más sencilla de conseguir. Un cigarrito de mota cuesta dos pesos; una línea de coca 15 pesos, y una monita dos baritos.
Más allá de estos alicientes, a usted le llamará poderosamente la atención todo lo que le ofrece "el tianguis del reclu". Desde un portavasos canero hasta puestos de comida del tipo "T", todo