Historia
Lee el siguiente corrido revolucionario en forma individual y elabora en equipo una conclusión basándote en las preguntas que se mencionan a continuación:
¡Despierten ya mexicanos!
Despierten ya mexicanos, los que no han podido ver, que andan derramando sangre por subir a otro al poder. ¡Pero qué iluso Madero!, pues cuando subió al poder, a Pancho Villa y Zapata los quiso desconocer. Yo no he visto candidato que no sea convenenciero; cuando suben al poder no conocen compañero. Zapata le dijo a Villa: -Ya perdimos el albur; tú atacarás por el Norte, yo atacaré por el Sur. Ya con ésta me despido porque nosotros nos vamos: que termina el corrido: ¡Despierten ya, mexicanos!
Autor: Anónimo …ver más…
El comienzo de los cursos era animado. Cada profesor nos endilgaba en un discurso inaugural el panorama entero de la materia a su cargo. Las clases de matemáticas y de física estaban servidas por antiguos y venerables maestros; en el laboratorio disponíamos de mesa propia, grifo de agua, probetas y tubos. Cada tema de texto se comprobaba en los aparatos. Las horas de clase transcurrían amenas. En cambio, el régimen escolar extracátedra era un remedo del cuartel. De director teníamos a un coronel porfirista auxiliado de una docena de prefectos que hacían veces de sargentos. Jamás se nos permitió congregarnos ni en los patios ni en los alrededores del colegio, y cuando se abría el salón de actos se aumentaba la vigilancia de los empleados. El miedo de las tiranías a las asambleas se manifestaba vivo, así nos reuniésemos para leer versos o para preparar un festejo. Si en torno a una columna de corredor se juntaban más de cinco, en seguida venía el prefecto a disolvernos. Tan oprimidos se hallaban los ánimos, que apenas, por cualquier motivo, nos íbamos en grupo al gimnasio o clase y estallaba lo que llamábamos “gritería”…, colectivo alarido irresponsable que enseguida provocaba la venganza. Nos cercaban los prefectos y nos ponían en fila; luego contaban: uno, dos, tres, cuatro, cinco al calabozo. Los elegidos en estas quías eran encerrados en separos oscuros, por cinco o seis horas. A la segunda o tercera