Gestion de talento humano
-dijo el burro.Entonces se pusieron los animales a deliberar sobre el modo de hacer salir a los ladrones; y al fin hallaron un medio para conseguirlo.El burro tendría que alzar sus patas delanteras hasta el alféizar de la ventana; luego el perro saltaría sobre el lomo del burro; el gato treparía sobre el perro, y, por último, el gallo volaría hasta ponerse en la cabeza del gato. Una vez hecho esto, y a una señal convenida, empezaron los cuatro juntos a cantar. El burro rebuznaba, el perro ladraba, el gato maullaba y el gallo cantaba. Luego se arrojaron por la ventana al interior de la habitación rompiendo los cristales con gran estruendo. Al oír tan tremenda algarabía, los ladrones se sobresaltaron y, creyendo que se trataba de un fantasma, huyeron despavoridos hacia el bosque.Entonces los cuatro compañeros se sentaron a la mesa, dándose por satisfechos con lo que les habían dejado los ladrones, y comieron como si tuvieran hambre muy atrasada.Cuando acabaron de comer, los cuatro músicos apagaron la luz y se dedicaron a buscar un rincón para dormir, cada uno según su costumbre y su gusto. El burro se tendió sobre el estiércol; el perro se echó detrás de la puerta; el gato se acurrucó sobre la cocina, junto a las calientes cenizas, y el gallo se colocó en la vigueta más alta. Y, como estaban cansados por el largo camino, se durmieron enseguida. Pasada la medianoche, cuando los ladrones vieron desde