Examen parcial de pavimentos
Desde siempre, el encuentro con el Otro ha sido una experiencia universal y fundamental para nuestra especie.
Según dicen los arqueólogos, los primeros grupos humanos eran pequeñas familias o tribus de treinta a cincuenta individuos. De haber sido más numerosas, su nomadismo habría perdido rapidez y eficiencia. De haber sido más reducidas, la autodefensa eficaz y la lucha por la supervivencia les habrían resultado más difíciles.
He aquí, pues, a nuestra pequeña familia o tribu vagando en busca de alimento. De pronto, se topa con otra familia o tribu y descubre que hay otras personas en el mundo. ¡Qué paso significativo en la historia mundial! ¡Qué descubrimiento trascendental! Hasta entonces, los …ver más…
El apartheid ya se practicaba en los tiempos más remotos. Dicho en términos sencillos, sus partidarios proclamaban: "Cada uno es libre de vivir como le plazca, siempre y cuando esté lo más lejos posible de mí si no pertenece a mi raza, religión o cultura". ¡Como si eso fuera todo!
En realidad, contemplamos una doctrina de la desigualdad estructural de la raza humana. Los mitos de muchas tribus y pueblos incluyen la convicción de que sólo ellos son humanos, es decir, "nosotros", los miembros de nuestro clan o comunidad. Los demás, todos los demás, son subhumanos o ni siquiera eso. Una antigua creencia china lo expresa de manera excelente: el extranjero era visto como un engendro del diablo o, en el mejor de los casos, una víctima del destino que no había logrado nacer en China. Esta creencia presentaba al Otro como un perro, una rata o un reptil. El apartheid era, y sigue siendo, una doctrina de odio, desprecio y repugnancia hacia el Otro, hacia el extranjero.
¡Qué diferente fue la imagen del Otro cuando prevalecieron las religiones antropomórficas, la creencia de que los dioses podían tomar la forma humana y actuar como personas! Por entonces, nadie podía decir si el caminante, viajero o forastero que venía hacia él era una persona o un dios con aspecto humano. Esa incertidumbre, esa ambivalencia fascinante, fue una de las raíces de la cultura hospitalaria que ordenaba prodigar atenciones al