El alumno reflexivo, innovador, crítico y creativo se muestra capaz de responder adecuadamente a los diversos requerimientos que las tareas académicas y la vida misma presentan y de tener, más éxito, consiguiendo una mejor adaptación social y, en definitiva, de ser mejor académicamente.
Desde esta última perspectiva cabe plantear en este programa de formación el incremento de reflexión, creatividad, innovación y el aspecto crítico como objetivo de aprendizaje.
Enseñando estas cuatro habilidades antes mencionadas conseguiremos que nuestros alumnos mejoren su rendimiento académico, ya que sacarán más partido a sus conocimientos. Además, esta enseñanza llevará pareja una mejora en aspectos muy importantes de la personalidad y conducta,