Esmeraldas famosas
La Esmeralda Sagrada de Buda es una de las esmeraldas más grandes talladas que existen. Está representada la propia escultura de Buda tallada en posición incorporada o de pie, y muestra a éste induciendo a sus fieles a abandonar las peleas y rencillas existentes entre ellos.
La Esmeralda Sagrada de Buda pesa 2.620 quilates. La esmeralda madre con la que se realizó la talla pesaba 3.600 quilates y había sido extraída en Zambia en 1994.
La esmeralda cristal en bruto llegó a Tailandia en septiembre del mismo año. La primera idea fue comprarla para tallar varias esmeraldas más pequeñas, pero al propietario, después de observar el color y la transparencia de la piedra, le pareció que era como desperdiciarla, por …ver más…
El recorrido de la corona se cubrió con pétalos de flores y en el preciso instante en que la corona llegaba a su destino, la coronación de la Virgen, se entonó O Salutaris y Tantum Ergo.
En poco tiempo, corrió la voz de tan majestuosa joya, y La Corona de Los Andes adquirió una fama formidable, por lo que un sinfín de ladrones, piratas, buscadores de tesoros y mercenarios se quisieron hacer con tan singular botín. Después de varios intentos de robo, se optó por crear una cofradía que velara por la seguridad de la corona, que fue llamada La Cofradía de la Inmaculada Concepción; sin embargo, a pesar de sus férreos esfuerzos, la corona fue robada en 1560 por un corsario inglés y sus secuaces, aunque se consigue dar con ellos y, después de tres días de lucha, la cofradía se hace de nuevo con la corona. Ya en 1812, Simón Bolívar, después de liberar las colonias que estaban bajo el yugo español, se queda con la corona y, no se sabe bien por qué, la devuelve, más tarde, a Popayán. La cofradía opta por una solución drástica: dividir la corona en varias partes, haciéndose cada cofrade cargo de una de ellas. Estas partes se escondían y nadie sabía dónde el otro cofrade escondía la suya. Luego, durante cada Semana Santa, se unían los trozos para la celebración, y al acabar ésta, se volvía a realizar la misma operación. Gracias a esta artimaña de la cofradía, la Corona de los Andes ha sobrevivido hasta