Introducción

He decidido hablar sobre uno de los temas mas discutidos y mas polémicos a lo largo de la historia entre la humanidad me refiero al concepto de bien y su contrario el mal.

En este ensayo tratare de esclarecer que es el bien y que es el mal, si en realidad existen y por que se relaciona el bien con dios y el mal con el diablo.

Primero antes de empezar a desarrollar el tema quisiera explicar lo que para mi significa el bien y el mal antes de realizar este trabajo, el bien es realizar acciones que nos benefician, que nos ayudan a ser mejores personas, y el mal son acciones que la humanidad no aprueba porque no tienen un final que sea benéfico para quien lo hace ni para los demás. Una vez dicho mi punto de vista …ver más…

Así lo definió siempre Aristóteles. Esto nos dice que todo lo que deseamos o queremos es el bien porque supuestamente todo lo que queramos es para hacernos un beneficio.
Aristóteles nos dice en la ética nicómaquea que lo que busca el hombre en la vida es la felicidad, la alegría, entonces todas las acciones, todos los medios que utilice el hombre para alcanzar la felicidad es según Aristóteles el bien, y todo lo que impida ser al hombre feliz es el mal. Esta definición se hizo valida por primera vez y en todo su rigor en los estoicos (que eran los antiguos filósofos griegos) quienes, en efecto, consideraron al Bien exclusivamente como objeto de elección obligatoria o preferencial; y, por lo tanto, fueron también los primeros en introducir la noción de valor en la ética. "Así como es propio del calor calentar y no enfriar, es propio del Bien beneficiar y no dañar", decían ellos. Entonces ellos decían que las personas obtendrían su felicidad mediante acciones denominadas virtudes y valores las cuales ellos pensaban que le daban la felicidad a las personas y por consecuente el bien. Esta definición fue olvidada durante toda la Edad Media, la teoría subjetivista del Bien retorna en el Renacimiento, fue afirmada por el filosofo Thomas Hobbes quien decía. "El hombre- dice- llama bueno al objeto de su apetito y su deseo, perjudicial al motivo de su odio o de su aversión; vil, al blanco de su desprecio”. Además el decía “ninguna regla de Bien y de