Ensayo de la conversaciones en la catedral
En 1967 publicó su notable relato Los cachorros. La rigurosa objetividad y la indeclinable tensión con las que plantea sus conflictos, cede un poco en la segunda etapa de su producción novelística, que se distingue por toques de humor grotesco, como en Pantaleón y las visitadoras (1973), o por retratarse a sí mismo en su relato, como en La tía Julia y el escribidor (1977), en la que narra episodios de su primer matrimonio y sus comienzos literarios. La guerra del fin del mundo (1981) es una vuelta al estilo de composición épica de su primera etapa y una rara incursión en el mundo sociopolítico del Brasil de fines del siglo XIX. En la última porción de su obra narrativa se entremezclan las novelas cuyo tema es esencialmente político, Historia de Mayta (1984) o Lituma en los Andes (1993), con las más ligeras, de corte detectivesco, como ¿Quién mató a Palomino Molero? (1986), o erótico, como Elogio de la madrastra (1988).El hablador (1987) señala un retorno al mundo de la selva, uno de sus ambientes favoritos, para contar una historia sobre identidades culturales y diferencias antropológicas. Una importante porción de su obra ensayística puede leerse en Contra viento y marea (1983−1990). Sus memorias tituladas El pez en el agua (1993) ofrecen un apasionante y minucioso recuento de su experiencia como frustrado candidato presidencial en las elecciones peruanas de 1990. En su novela Los cuadernos de don Rigoberto (1997), a través de los recuerdos del