¿La estrategia de la Ilusión?

Por: Alfredo Ocampos

Comprender un libro de Umberto Eco resulta tan complicado como hacer una caminata a Apante, pero de reversa.

La complejidad resulta de su erudición y de su dominio del lenguaje, así como del uso de la lógica de una manera particular. Sus tratados de semiótica son prueba de ello. Realmente, Eco le habla al lector. Pero su "lector ideal" debe ser un tanto cuanto culto o dispuesto a serlo.

La estrategia de la ilusión, por ejemplo, tiene como fin desarrollar en el lector, nos dice Eco retomando a Barthes. "el olfato semiológico" (cfr. p. 8), es decir, encontrar sentidos donde los demás ven sólo hechos. Y eso lo hace a la perfección el italiano, un verdadero perro de presa de la …ver más…

Continúa un maravilloso texto sobre Barthes, Foucault y el poder. Una revisión extraordinaria sobre las expresiones simbólicas de aquello que obsesionó en varias ocasiones a Barthes (el fascismo del lenguaje) y a Foucault (la microfísica del poder).

Sigue un magnífico homenaje a Santo Tomás de Aquino. Desde luego, desde la lógica de Eco y sus traspiés antirreligiosos.

Cierra el libro un pequeño ensayo sobre el humor y la forma en que éste varía de acuerdo al código, el contexto, la época.

En fin, un libro para disfrutarse, para pensarse y descubrirse en la inteligencia inalcanzable de un autor polémico, contundente y triatleta de sí mismo.

Sobretodo creo que como sociólogo tengo la responsabilidad de hacer de materiales educativos como este un aprendizaje de la lectura y una pasión para seguir compartiendo con las poblaciones de toda la universidad.

ALGUNAS IDEAS DE ECO

“Clark Kent llegaría, pues, a la Tierra para colmar las esperanzas de una generación que se deleita con el Silmarillion de Tolkien y descifra una teogonía que le obliga a memorizar a los hijos de Illuvatar y los Quandi y los Atani y los floridos prados de Valinor y las heridas de Melkor. Cosas todas que, si se hubiesen debido aprender en la escuela, misma generación habría ocupado la universidad o el liceo como protesta contra el nocionismo.” (p. 94)

“La crisis se vende bien. En las últimas décadas hemos