El muchacho que nunca temblo
Hermanos Grimm
Érase un padre que tenía dos hijos; uno era muy listo y agudo, y aprendía cuanto le enseñaban. Pero el más pequeño era muy bobo, no podía aprender nada y parecía no tener imaginación.
Cuando las gentes le veían, decíanse:
— Bastante pena tiene su padre con un hijo así.
Le pidieran lo que le pidieran, el mayor estaba siempre dispuesto a hacerlo. Pero cuando su padre le mandaba a buscar algo por la noche a un sitio que estuviese obscuro o fuese apartado, él le contestaba: —No me mandéis allí, padre; sólo pasar por ese sitio me hace temblar. Pues era bastante miedoso... Por la noche, cuando la gente se reunía en torno del fuego contando historias de las que ponen la …ver más…
Lo llevó a su casa y después se fue, dando gritos, a ver al padre del muchacho. —Vuestro hijo me ha causado un grave disgusto; ha tirado a mi marido escaleras abajo, y le ha roto una pierna. Id a buscarlo, porque no lo queremos en casa.
Horrorizado, el padre se fue con la mujer y dio al muchacho una buena paliza.
— ¿Qué significa tu brutal proceder? Realmente tienes el demonio en el cuerpo.
— Escuchadme, padre — contestó el chico. — Soy inocente. Subí a la torre, en la obscuridad, y vi una figura que se escondía como si llevara malas intenciones. Yo no sabía quién era, y por tres veces le dije que me contestase o que se marchara.
— ¡Ay de mí! — dijo el padre. — No me traes más que desastres.
Quítate de mi vista. No quiero saber más de ti.
— Está bien, padre mío. Pero espera que sea de día; entonces me iré a ver si aprendo a temblar. Entonces por lo menos sabré un arte para vivir.
— Aprende lo que quieras — dijo el padre. — Lo mismo me da.
Aquí tienes cincuenta táleros. Vete por el mundo y no digas a nadie de dónde eres ni quién es tu padre, pues me da vergüenza que seas hijo mío.
— Como queráis, padre; si es eso todo lo que me pedís, fácilmente os podré complacer.
A la mañana siguiente, el muchacho se echó los cincuenta táleros en el bolsillo y salió a la carretera real repitiéndose a sí mismo una y otra vez: "¡Si al menos aprendiese a