Introducción

El año de 1887 forma, junto al 1493 y el 1898, una trilogía que difícilmente escapa a quienes tenga el más leve conocimiento de la historia de Puerto Rico. La historiografía insular ha destacado los sucesos acaecidos en dichos años de diversas maneras pero entre tantos escritos sólo el del ’87 ha reclamado títulos enrojecidos, si bien los tres apuntan hechos dramáticos[1]. Unicamente el ’87 ha recibido el calificativo de “terrible”. Tal parece que la represión del componte superó en la memoria colectiva de la rápida extinción de la población aborigen y la sangrienta guerra de independencia de Cuba con sus secuelas en Puerto Rico. La profusa bibliografía generada por el 1887 se dió a la tarea de develar los hechos. Nos …ver más…

Las batallas de los énfasis y los tonos libradas desde la fundación del Partido Liberal Reformista en 1870 y continuada a principios de la década de 1880 en el curso de se reorganización entre José de Celis Aguilera y José Julián Acosta frenta al grupo de Román Baldorioty de Castro, culminaron en la fundación del Partido Autonomista en 1887, en una asamblea realizada en Ponce. La fundación del Partido Autonomista Pertorriqueño desató, pocos meses después, la represión política por parte del gobernador Romualdo Palacios y de los incondicionales del régimen colonial. Baldorioty de Castro y otros líderes del movimiento autonomista fueron encarcelados en el Morro, acusados de conspirar para derrocar el régimen español en Puerto Rico.[8] Otros líderes locales del autonomismo fueron atropellados y maltratados en lo que nuestra historia se conoce como el periodo de los “compontes”.[9] El Partido Autonomista se organizó inmediatamente a nivel municipal y su fuerza inicial alarmó a los elementos extremistas dentro del sector conservador. Muchos votantes habían dejado de ejercer el derecho electoral al cual eran acreedores por su cuota de contribuciones. Ahora daban señales de querer unirse a los autonomistas, lo que podía resultar en un nuevo balance político en la diputación a Cortes y en la Diputación Provincial.[10] Los sectores conservadores extremistas consideraron aun más temible lo que pareció ser el