El Entierro De Cortijo
12mo Grado
El Entierro de Cortijo
“El Entierro de Cortijo” es una crónica escrita por Edgardo Rodríguez Juliá en la que se cuenta, desde el punto de vista del autor, la historia del entierro de Rafael Cortijo, un gran músico puertorriqueño de los años 50. El velorio se lleva a cabo en el centro comunal del caserío Luis Llorens Torres, lugar de procedencia del fallecido. Allí se dan citan tanto las personas que viven en el caserío, como personas de un alto nivel social como otros músicos, el cardenal y el ex gobernador de Puerto Rico. Mas allá de narrar lo sucedido en el entierro, Rodríguez Juliá expone su idea de Puerto Rico como un país tribal: “¿Familia puertorriqueña o …ver más…
Dentro de las creencias políticas se encuentran los ideales de los tres partidos políticos de Puerto Rico, el Independentista (PIP), el Nuevo Progresista (PNP), y el partido Popular Democrático (PPD). Al los tres partidos se les hace referencia en la obra: Cortijo era independentista, Luis Ambrosio de Jesús Cortijo, además de ser primo del difunto, era el representante del partido PNP por el pueblo de Loíza pero al partido que mas enfoque tiene en la obra es el Partido Popular Democrático con el desarrollo muñocista. Este desarrollo causó la segregación de la comunidad pobre en caseríos, estableciendo un estilo de vida diferente para los que vivían dentro de los mismos. “El caserío, esa antiutopía creada por el welfare state muñocista” (p. 12).
Las figuras de poder no son pasadas por alto, ya que ellas representaban otro tipo de personas y eran fácil de divisar entre el gentío ya que se notaba la diferencia social. Ejemplo de esto son: Ruth Fernández, el ex gobernador Rafael Hernández Colón y el Cardenal Aponte Martínez. Pero, ya que el autor desarrolló “una vocación solitaria que trata a todas las tribus con igual ironía” (p.16), no solo destacó a las personas importantes en su crónica, sino que le dio la misma importancia al marginado.
Por acá aparecen dos mujeres de algunos treinta años; una de ellas adorna su cabeza con esos rolos […] La otra ocupa sus manos con la fría y el cigarrillo,