Libro primero. El Azarías.

¿Por qué razón el Azarías visitaba frecuentemente el cortijo donde vivía su hermana?

Debido al retraso mental que tiene, al señorito del cortijo dónde trabaja no le da importancia a lo que Azarías hace.

¿Cuáles son los primeros datos del aspecto físico del Azarías?

Es una persona sucia, basta, sin educación pues para el no es importante, lleva los pantalones caídos por las corvas y va descalzo. Además tiene una costumbre que para el resto de personajes es desagradable: mearse todas las mañanas las manos. Con esto dice que evita que se le agrieten.

¿Cuáles son sus dedicaciones habituales en el cortijo?

Desplumar las aves que caza el señorito, encargarse de los geranios y el sauce, sacar a los pavos, …ver más…

Que se este haciendo mayor y este perdiendo más facultades.

Paco, el Bajo, intercede por él ante el señorito. ¿Por qué no logra resultados?

Porque Paco no tiene valor suficiente para enfrentarse al señorito, pues es de una clase social más alta y de cierto modo, Paco le tiene miedo, a pesar de que no trabaja para él.

¿Qué trabajos intenta Azarías en el cortijo? ¿Por qué resulta un engorro?

Azarías intenta llevar a cabo varios trabajos, pero como al final no acaba haciendo ninguno bien, es apartado de ellos. Al principio era encargado de recoger abono para las plantas, pero llegó un momento en el que las plantas ya no necesitaban más. Después se le encargó la recogida de mazorcas de maíz, el problema vino cuando Azarías tenía que contarlas, como no sabía contar correctamente fue relegado a cuidar de la niña chica, a la que trata con mucha ternura, pero acaban relegándolo de este trabajo porque no lava a la niña.

¿Cómo consigue Paco, el Bajo, evitar que el Azarías realice sus necesidades en cualquier parte?

Paco le promete llevarle todas las noches a que corre el cárabo y que a cambio hará allí sus necesidades.

¿Qué supone para el Azarías la nueva “milana” (la grajeta)?

Es su forma de entretenerse. Alimentará y cuidará a la milana, ocupará todo su tiempo y dedicación.

Libro cuarto. El secretario

¿Podrías