Educar la conciencia
Hay dos reglas importantes que debe seguir toda conciencia recta:
· Nunca puedes justificar el mal para obtener un bien. En otras palabras: el fin no justifica los medios.
· No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti, o visto en forma positiva: trata a los demás como te gustaría que te trataran.
Formar una recta conciencia supone alcanzar tres objetivos:
· Educar la conciencia para que sea capaz de abrirse a los valores objetivos asimilándolos como propios, percibiendo el bien y el mal como algo por hacerse o evitarse.
· Fortalecer el influjo de la conciencia sobre la voluntad, …ver más…
Fases en la formación de la conciencia.
La primera, que precede a la acción, es percibir el bien como algo que debe hacerse y el mal como algo que debe ser evitado. Éste es el momento de ver: “Esto es bien hay que hacerlo” o “no, esto no está bien, debo evitarlo”.
La segunda fase es la fuerza que lleva a la acción empuja a hacer el bien y evitar el mal. Se expresa cuando decimos: “Hago el bien” o “no, esto no lo hago”.
La tercera es emitir juicios sobre la bondad o maldad de lo hecho. En esta etapa nos decimos: “He obrado bien” o “he hecho algo malo”.
En el primer paso lo importante es abrir la conciencia a la ley como norma objetiva. Es decir, educar una conciencia recta que sabe dónde va y qué es la verdad. Esto lleva al segundo paso que requiere trabajo para que la conciencia sea guía de la voluntad. Se trata de habituarse a la “coherencia”, entendida como la constancia en actuar como pude la conciencia. No basta percibir que algo es bueno o malo, hay que saber dirigir la voluntad a hacer lo bueno y evitar lo que no se debe hacer. Percibir que es bueno ser paciente y amable con los demás es bueno, pero es insuficiente; esta percepción debe llevarme a acoger a los demás con bondad y delicadeza aun cuando me sienta cansado o de mal humor.
Esto requiere un trabajo de formación especialmente en el campo de la voluntad y de los estados de ánimo. Los estados de ánimo tienen que ser educados para lograr en la persona una ecuanimidad